La ironía de un detective

 

 

Mentalista (sustantivo): Se dice de quien emplea la agudeza mental, la hipnosis y/o la sugestión. Manipulador magistral de la mente y el comportamiento”.

 

Aunque no era así desde el principio de la serie, esta introducción se añadió a modo de explicación de una “habilidad” tan atractiva como misteriosa. Realmente no sabemos muy bien si el mentalista es un tipo superdotado de inteligencia, tiene otro tipo de dones extraordinarios o simplemente es un brujo caradura que echa las cartas en sesiones públicas o engaña a personas desesperadas en canales marginales. Este misterio sin resolver es realmente el macguffin de la serie, el motor en el que apoya cada uno de sus episodios en los que el espectador va siempre por detrás del carismático protagonista.

Éxito mundial:

Excepto en el continente asiático, el resto del planeta ya conoce a Patrick Jane: el mentalista que después de sufrir la pérdida de su mujer y su hija en un asesinato, ingresa en la policía para atrapar al psicópata que ha destrozado su vida: John el Rojo. Junto a esa investigación, Patrick resolverá otros casos en los que su intuición y sentido del humor provocarán desconcierto y admiración en el cuerpo de policía.

No es extraño que Simon Baker (el actor australiano protagonista de la serie y antes apenas conocido por su participación secundaria en películas como L.A. Confidential o El diablo viste de Prada) sea uno de los mejores pagados de la historia de la televisión. Recientemente acaba de firmar un contrato de 30 millones de dólares para interpretar y ser el productor ejecutivo de tres nuevas temporadas de la serie que llegará, como poco, a la séptima entrega. A esta cifra millonaria sólo había llegado Charlie Sheen, que cobraba 1,5 millones por capítulo en la sitcom Dos hombres y medio.

El personaje de El mentalista adapta al siglo XXI el fino sentido del humor de detectives míticos de la televisión como Jessica Fletcher (la protagonista de Se ha escrito un crimen: una serie interpretada por Angela Lansbury, que llegó a los 264 episodios de 1984 a 1996) o Colombo (el carismático detective de la gabardina al que Peter Falk dio vida en 68 capítulos desde 1971 a 2003).En el fondo, todos ellos dan una vuelta de tuerca más a la novela de misterio inglesa que va desde Arthur Conan Doyle a Agatha Christie.

Todas estas series tienen la gran ventaja de que el espectador puede entrar y salir en cualquier momento, ya que cada capítulo contiene la resolución de un misterio. Además, El mentalista añade una historia genérica que aparece esporádicamente. Si Sherlock tenía a Moriarty, John el Rojo es el perfecto antagonista de Patrick Jean. Este particular duelo hace que la serie llegue a su máxima intensidad en los capítulos iniciales y finales de cada temporada.

Un guión ingenioso:

El guión sabe sorprender al espectador con giros inesperados en la vida del protagonista y descubrimientos en cada una de las investigaciones. Si a eso se le unen algunas tramas secundarias divertidas, el timing de la serie es perfecto para el formato televisivo, amenazado continuamente por el zapping compulsivo de la era del clic.

No deja de ser curioso que el creador de la serie sea el londinense de 51 años Bruno Heller, cuyo trabajo anterior fue en la truculenta y sórdida Roma, emitida en 2005-2007.

Hay que reconocer que la serie es visual y musicalmente muy televisiva y convencional, pero el guión y el carisma de los actores hace olvidar esas evidentes limitaciones. No sólo está Simon Baker (que sabiéndolo todo, no resulta pedante sino simpático); además vemos a Robin Tunney (Prison Break, House), Tim Kang (Ley y orden, The Office), Owain Yerman (Generation Kill) o Amanda Righetti (Capitán América). Todos ellos componen un grupo que puede resultar algo anónimo a primera vista, pero es fundamental para que el protagonista resulte mucho más gracioso sin necesidad de humillar a sus compañeros. Hubiese sido fácil idiotizar a estos personajes que en el fondo siempre van varios kilómetros por detrás de la verdad, pero los guionistas (el creador Bruno Heller y el propio actor Simon Baker, entre otros) les dan diálogos inteligentes en los que muestran que los genios también necesitan alguien a su lado que les devuelva al mundo real.

En definitiva, una serie entretenida y para un público amplio (evidentemente, los crímenes son crímenes, y no es adecuada para niños de siete años, pero no hay sordidez gratuita ni excesiva dureza argumental), que brilla por la creatividad de su ingenio y sentido del humor.

 

Creador: Bruno Heller

Intérpretes: Simon Baker, Robin Tunney, Tim Kang, Owain Yerman, Amanda Righetti

Duración: 4 temporadas, con 78 capítulos de 43 minutos

DVD en España: Warner Home Video, las tres primeras temporadas (39,95 € euros cada una)

Emisión: L-V a las 15.30,  en La Sexta

Género: Serie (policíaca)

Público: Jóvenes

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6)
Humor: 1
Acción: 2
Violencia: 0
Sexo: 0

Fuente: www.aceprensa.com