No es difícil entender por qué la actividad en los social media en torno a la televisión se está disparando. Compartir experiencias hace que éstas sean más significativas para las personas, y los consumidores, inevitablemente, siempre buscan formas más simples, ricas y significativas para compartir experiencias, especialmente cuando estas experiencias emanan de un televisor.

Pero, a pesar de que tablets y smartphones atraen a una parte cada vez más importante de la atención de los consumidores, Twitter todavía está a años luz de reforzar la experiencia de ver, hablar y compartir la televisión.

Como explicó Peter Kafka de All Things D, muchas aplicaciones de social TV están diseñadas en torno a un problema de negocio: “¿Cómo podemos hacer que la gente se quede en nuestros programas más tiempo o interactúe con nuestro servicio?”, en lugar de mirar hacia los problemas de los consumidores. Son apps más interesadas en decir a la gente lo que debería querer que en crear experiencias atractivas. Pero la gente quiere interacciones significativas en torno a los contenidos televisivos y no intentos de coacción hacia un comportamiento deseado.

Twitter ha sido la plataforma que más partido ha logrado sacar al mercado de la televisión social, y todo porque es el medio más sencillo con el que poder compartir experiencias televisivas. Mientras, cadenas de televisión, marcas y agencias son incapaces de buscar datos que sean relevantes para los intereses de los consumidores y no para impulsarles hacia comportamientos. De hecho, aunque el mercado se ha llenado de juegos de televisión social, no se han creado apenas innovaciones capaces de mejorar la experiencia del consumidor.

Hasta que agencias, emprendedores y cadenas no empiecen a crear experiencias que impulsen el deseo humano básico de compartir experiencias significativas, la experiencia de la televisión social para los consumidores no mejorará. Esto implica buscar formas de introducir interacciones sociales auténticas en la propia experiencia, en lugar de empujar a la fuerza ofertas y promociones que alienen al espectador. Y es que, al final, la mejor forma de conseguir que los consumidores sigan pegados a la programación es haciendo buena televisión, mientras que los consumidores acompañan su experiencia con otras pantallas que le ayuden a disfrutar de lo que realmente les gusta.

Fuente: www.marketingdirecto.com