Todo lo que tienes que saber sobre el “control parental” en el menú digital de tus hijos

Los controles parentales y los filtros pueden ser una ayuda, a determinadas edades, para establecer el menú digital de tus hijos. Muchos habéis mostrado vuestro interés por conocer más sobre el tema, en este especial ofrecemos respuesta a esta pregunta.

01. ¿A qué llamamos control parental?

Si hace 25 años alguien pronunciaba las palabras “control parental”, todos interpretábamos lo mismo: padres o madres que están pendientes de sus hijos. No se daba a entender ni demasiado control ni falta de implicación de un progenitor en la vida de sus hijos. Eran dos palabras que significaban justo lo que significaban. Ya metidos de lleno en el siglo XXI, invadidos por la vida digital e inmersos en lo que es sin duda un cambio de era, decir “control parental” se asocia a muchas más cosas.

La palabra “control” es para algunos un sinónimo de exceso de participación de los padres en la vida de los hijos (padres helicóptero, niños blandos, etc.). Las dos palabras juntas se refieren también al concepto de medidas tecnológicas disponibles para monitorizar lo que hacen nuestros hijos cuando se conectan a Internet; y dentro de este único concepto se engloban distintas teorías respecto a su eficacia, utilidad o futuro.

02. ¿Cuáles son las grandes verdades y mentiras alrededor este concepto?

Dos grandes mentiras:

  • Cuando dicen que “el control parental” no sirve de nada porque “los niños se lo pueden saltar, cada vez son más listos, inventan trucos para pasar por encima de filtros y restricciones”, nos mienten. Ni todos los niños se saltan las normas ni se trata de herramientas inútiles.
  • Y cuando nos venden productos de “control parental” para que “tus hijos no se metan en problemas, no estén demasiado tiempo conectados, tú estés tranquilo mientras navegan por la red, evites situaciones de riesgo y puedas ver lo que hacen y deshacen en la Red”, nos mienten. Ningún invento tecnológico ha conseguido tal milagro hasta el momento.

Dos grandes verdades:

  • El mejor control parental, por encima de cualquier recurso de software o hardware, somos los padres.
  • Las herramientas de control parental en forma de software, aplicaciones, buscadores, navegadores, filtros… son muy útiles.

Con sólo echar un vistazo a las dos mentiras y a las dos verdades podemos observar que las mentiras tienen que ver con lo negativo (la percepción del niño tramposo que se salta los límites y de unos padres que prefieren no estar pendientes). Las verdades, sin embargo, tienen que ver con lo positivo (tus hijos te necesitan a ti, pero afortunadamente hay herramientas que te ayudan a completar tu tarea).

03. ¿Para qué sirve el control parental?

El global (el que damos nosotros y el que se apoya en herramientas tecnológicas) sirve para:

  • Conocer la actividad de los niños en Internet y sus gustos:obteniendo información sobre las webs que visitan, su participación en redes o foros, su comunicación con el exterior…
  • Evitar que entren en contacto con personas desconocidas o potencialmente peligrosas:  y así reducir posibles problemas de grooming, ciberacoso, sexting
  • Reducir la posibilidad de que los niños visiten sitios web inapropiados: eróticos, que fomenten el racismo, la violencia o hábitos auto-destructivos…
  • Limitar el tiempo de pantalla en términos de tiempo y horarios: impedir que los niños utilicen determinadas aplicaciones o productos porque los consideramos perjudiciales (chats, mensajería, redes sociales en función de la edad…).

04. ¿Qué hace realmente un control parental tecnológico?

El control parental tecnológico te puede ayudar en los siguientes aspectos:

  • Filtros y accesos restringidos: para que los niños no puedan acceder a determinadas webs. Algunos programas y aplicaciones de control parental pre-definen estas webs y otros dejan la elección en manos de los padres.
  • Bloqueo de contenidos salientes: evitan que los niños compartan información online (que rellenen cuestionarios en Internet, por ejemplo).
  • Límites de tiempo: destinados a que los padres programen horas de apagado y encendido; o de tiempo máximo de conexión a Internet.
  • Monitorización: control de la actividad online, registrando páginas visitas, avisando si el niño accede a una de esas webs, revisando el historial de navegación y analizando cuánto tiempo pasa el menor en cada web visitada.
  • Conexión remota al ordenador o dispositivo del niño por parte de uno de los progenitores: de esta forma, estemos donde estemos, podremos conocer en tiempo real que están haciendo.

05. ¿A qué edades es recomendable?

El control parental es especialmente útil cuando los niños no tienen aún autonomía tecnológica y están por debajo de los 10 años.

Cuando son pequeños, podemos centrarnos en limitar el tiempo de conexión y evitar que accedan a contenidos desagradables. Para conseguirlo, podemos estar pendientes y podemos también recurrir al control parental tecnológico (sobre todo al de filtros, navegadores y buscadores especiales). Así crearemos buenos hábitos respecto a dónde, cuándo, cuánto tiempo se conectan y qué ven cuando lo hacen. En esta época tienden a respetar tus normas, de forma que habrá un tándem entre esas normas y la ayuda tecnológica. Se trata de controlar a dónde se accede y de limitar el tiempo de conexión.

Cuando los niños van creciendo y ganan en autonomía tecnológica, el problema empieza a hacerse más complejo (a niños grandes, problemas grandes). Además del tiempo y de los contenidos, nos preocupa que les hagan daño, que les engañen, que encuentren información desagradable, violenta, perjudicial para su salud física o psíquica. Además de crear espacios de conversación y confianza para hablar con nuestros hijos, podemos seguir recurriendo a la tecnología (programas de software, configuración en el router y apps en dispositivos móviles).

Cuando son más mayores, los filtros son menos eficaces, los navegadores infantiles no son una opción y las alternativas de software y apps se asocian más a “papá, me espías” que a educación. En esta época, el control parental debe ser mucho más humano y acompañarse, en todo caso, de límites tecnológicos cuando la personalidad o actividad de tu hijo lo precise.

En todos los casos es más importante monitorizar y después hablar, que simplemente controlar. Sin la conversación, el control parental tecnológico se queda cojo porque no hay realmente aprendizaje para los niños.

06. ¿Qué tipos de controles parentales existen?

Así que, ¿cómo podemos construir nuestro CONTROL PARENTAL propio, el que más se adapte a nuestra familia? Dependerá de la edad de nuestros hijos, de nuestra habilidad digital, de nuestra capacidad de diálogo en familia, de nuestro tiempo libre, de nuestros valores… Éstas son nuestras 7 piezas, algunas compatibles entre ellas y todas fundamentadas en la última y más importante (tienes que leer hasta el final para enterarte).

  1. EN LA PUERTA DIGITAL DE CASA: router y servidores DNS. El router es la puerta digital de nuestra casa y la mejor opción para gestionar restricciones de navegación online cuando varias personas se conectan a Internet con distintos dispositivos. Ejerciendo el control parental desde esta puerta digital, los padres pueden controlar y filtrar los contenidos accedidos y accesibles de todos los dispositivos conectados, determinar límites de tiempo de conexión y aplicar filtros web para evitar que los hijos lleguen a webs desaconsejables. La mayoría del software de control parental y de seguridad disponible en el mercado permite incorporar filtros al router. Además, con ciertos modelos de router seremos capaces limitar las horas de uso a internet para nuestros hijos, filtrar los contenidos que pueden ver, etc. Marcas como Linksys y Belkin acostumbran a disponer de control parental incorporado. Esta opción es bastante potente. Y MyTorch, por ejemplo, es un proyecto disponible de momento sólo en Estados Unidos en el que el control parental se convierte en la base del propio router. ¡Lo más!  También están los sistemas mediante filtrado por servidores DNS (sistema de nombres de dominio) para usuarios más avanzados, que son una solución interesante porque se puede aplicar a la totalidad de dispositivos y sistemas operativos de la casa.

Ten en cuenta: útil para todas las edades.

 

  1. EN EL APARATO EN CUESTIÓN: ajustes en los ordenadores, móviles o tablets. Todos los dispositivos que tenemos en casa (incluso muchos de los que compramos de juguete a los niños) incluyen ‘paquetes’ de control parental; de hecho, es una de las formas más frecuentes de controlar la navegación por internet y bloquear el acceso a contenidos inapropiados. En el sistema operativo de Windows y de Apple existe esta opción; y en cada tablet o smartphone puedes también ir a Ajustes y cambiar aspectos de la configuración en cuanto a horas de conexión o accesos. Aquí puedes ver cómo activar el control parental en el iPhone y iPad;y en los dispositivos Android podrás encontrar la forma de configurarlo en ajustes (varía bastante en función de las marcas de móvil). Precisamente por eso Google trabaja para unificar la forma de ejercer el control parental desde la Google Play Store y, pronto, a través de Family Link(de momento solo disponible en algunos países).

Ten en cuenta: útil para todas las edades, dependiendo del ajuste que elijas.

 

  1. EN EL SOFTWARE DEL APARATO: programas de control informático. Son los programas clásicos, packs de protección frente a los ‘peligros de Internet’, fundamentalmente virus. A veces los anti-malware o antivirus incorporan control parental. Y viceversa. Puedes bloquear webs, marcar límites de tiempo de pantalla, controlar la actividad online y en redes sociales, monitorizar conversaciones por chat o recibir un resumen de la vida online de tu hijo. Los clásicos: Kaspersky,Norton, McAfee, SafeEyes o Panda, por ejemplo. La necesidad de estar protegido online hace que las compañías tecnológicas sigan buscando soluciones globales, y Telefónica ha presentado hace poco un pack que ofrece control parental incorporado a seguro digital y muchos servicios más…

Ten en cuenta: suelen tener un coste inicial y en ocasiones un coste mensual de suscripción. Útil para todas las edades aunque no es la solución más intuitiva de instalar y suele estar pensada más para ordenadores que para otro tipo de dispositivos (por eso muchas marcas han lanzado aplicaciones para móviles).

 

  1. AL NAVEGAR POR INTERNET (1): filtros en navegadores. Los navegadores ofrecen distintas formas de filtrar las webs a las que no quieres que lleguen tus hijos. Safari, Chrome e Internet Explorer te dejan seleccionar sites y dominios que quieres bloquear, por ejemplo. Con Firefox, su aplicación Prefer:Safe reconoce controles parentales que ya estén activos en tu sistema operativo. Podría parecer que no, pero sirve, aunque hay que dedicar tiempo a configurar los filtros. Hay muchas formas de hacerlo y cada navegador tiene su propio ‘modus operandi’, aunque lo habitual es ir a Ajustes (o similar) y marcar los tipos de webs que quieres deshabilitar.

¿Qué conseguirás? Que cada vez que el niño (o tú, en función del usuario) queráis llegar a una web no recomendable, el ordenador os mostrará una pantalla en blanco. La mayoría de los padres encontramos esta opción incómoda porque nos limita nuestra propia navegación (salvo que creemos perfiles independientes de navegación, con unos propios para los niños). En este tipo control parental se utilizan diferentes técnicas de prevención: listas blancas (permitido) vs. negras (denegadas); bloqueo por palabras clave (verificación del contenido del sitio web; y restricción de acceso a sites que tengan ciertas palabras  (“porno”, “sexo”, “drogas”, “matar”…). Muchas opciones permiten personalizar los criterios de severidad (¿cuántas veces debe aparecer una palabra para considerar el sitio como no apto?) e incluso seleccionar las palabras por categorías y agregando palabras específicamente indicadas por el usuario.

Ten en cuenta: lo que ofrece un navegador no se aplica a otro navegador. Así que si tienes varios en tu ordenador, o distintos entre dispositivos, es necesario activar los filtros en cada uno de ellos. Recomendable cuando hay niños pequeños.

 

  1. AL NAVEGAR POR INTERNET (2):existen herramientas que dan acceso a páginas o contenidos adecuados para los pequeños de la casa. Tienen un diseño y características apropiadas a ese público; y permiten el uso de diferentes perfiles en función de la edad del usuario. En el caso de navegadores (como Explorer pero para niños) especialmente recomendables son Tweens Browser, Kido’z, Zoodles, Magic Desktop (sólo Windows) y Kidbox. En cuanto a buscadores que ofrezcan resultados “seguros”: Kiddle, Buscador Infantil y Bunis. En este cajón de opciones de navegación infantil segura se incluye también YouTube Kids, que es la versión infantil de la popular red de vídeos. Absolutamente recomendable si tienes niños pequeños.

Ten en cuenta: los navegadores suelen ser gratis en su versión básica, pero luego precisan de pago (premium). Las que son totalmente gratis suelen incluir contenido promocional o anuncios. Recomendable cuando hay niños pequeños.

 

  1. APPS PARA TABLETS Y SMARTPHONES (Y SUS VERSIONES EN WEB):esta posibilidad es la de mayor crecimiento (nuestras preferidas son: Qustodio, NetNanny, NetSanity, ParentKit (solo iOS) y PlaytimeKidCrono -más control de tiempo que de contenidos-). La razón de su utilidad: primero, son sencillas de instalar y chequear; y segundo los niños se conectan más a Internet a través de dispositivos móviles que a través de ordenadores, tienen móvil cada vez pequeños. Y el mayor problema no es ya solo que accedan a contenidos inadecuados, sino que abusen del tiempo de conexión (también por la noche), que se descarguen todo tipo de apps, que ‘maltraten’ sus datos personales o que se intercambien mensajes con desconocidos o conocidos malintencionados.

Ten en cuenta: estos productos hacen un seguimiento de mensajes de texto, llamadas, fotos, tiempos de uso… Gestionan filtros y controlan la actividad online de los niños. Las hay de muchos tipos así que es fundamental comparar (precio, servicio y disponibilidad en función de si tienes dispositivos Apple o Android…).

 

  1. TÚ:no nos olvidemos de que todas estas herramientas no sustituyen en ningún caso a nuestra supervisión, nuestra comunicación con los niños para saber qué les interesa de Internet, cómo lo usan, qué buscan… Para enseñarles a navegar con sentido común y precaución. Los padres somos el mejor control parental y se trata no sólo de CONTROLAR sino también y sobre todo de GUIARLES.

Si nunca has probado ningún tipo de control parental tecnológico, los más sencillos de utilizar son las aplicaciones para dispositivos móviles, así que te recomendamos empezar por ahí (punto 6)Si tus hijos son muy pequeños: prueba con los navegadores infantiles (punto 5). Si ya son adolescentes: tus conversaciones son fundamentales y el apoyo tecnológico debería ir de la mano del límite de tiempo. Por ejemplo, configurando apagado de dispositivos o no conexión a Internet por las noches vía router (punto 1) o a través de apps (punto 6). Así que con el punto 7 siempre en la cabeza, te sugerimos aprender más sobre los puntos 6, 5 y 1. ¡Ánimo!