Abraham Lincoln: Cazador de vampiros reconstruye la vida del decimosexto Presidente de los Estados Unidos desde su infancia, cuando su madre muere por culpa de Jack Barts, propietario de la plantación en la que trabaja su padre. De adulto está a punto de vengarse, pero Barts resulta ser un vampiro, lo que hace difícil procurar su muerte. Le rescata Henry Sturgess, un tipo que le ofrece convertirse en cazador de chupasangres.

 

 

 

 

 

Director: Timur Bekmambetov

Intérpretes: Benjamin Walker, Mary Elizabeth Winstead, Dominic Cooper, Alan Tudyk, Rufus Sewell, Anthony Mackie, Jimmi Simpson,Jaqueline Fleming

Guión: Seth Grahame-Smith, Simon Kinberg

Duración: 105 min

Género: Fantástico | Terror

Estreno DVD: 12/12/2012

Público: Jóvenes – Adultos

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 5

Amor: 1

Violencia: 2

Sexo: 0

Crítica:

Tim Burton, su socio Jim Lenley y el realizador ruso Timur Bekmambetov vuelven a unirse como productores tras Número 9, en el nuevo film como realizador del tercero. Adapta la novela homónima de Seth Grahame-Smith, guionista deSombras tenebrosas, de Burton, que saltó a la fama con su libro «Orgullo y prejuicio y zombis», versión ampliada de la novela de Jane Austen con muertos vivientes. Se diría que Abraham Lincoln: Cazador de vampiros, donde el propio Grahame-Smith ha ejercido como adaptador del guión, viene a emplear la misma fórmula –conocida como ‘mash up’, mezcla de dos conceptos–, añadiendo a la vida de Lincoln elementos fantásticos.

En la línea de Wanted (Se busca), el mayor éxito de Bekmambetov hasta la fecha, acumula secuencias de acción imposibles en las que abusa de la cámara lenta y que obligan a suspender la incredulidad. En una de las más significativas el protagonista combate a uno de sus adversarios en medio de una estampida de caballos, lo que resulta en cierta medida original, pero completamente fantasioso. En cualquier caso, suponen el mayor atractivo del film, ameno y de escasas pretensiones, con buenas interpretaciones, en especial por parte de Benjamin Walker(Banderas de nuestras padres), que encarna a Lincoln, y Rufus Sewell (Dark City), competente villano.

Sin embargo, en Abraham Lincoln: Cazador de vampiros no acaba de funcionar que pese a adoptar un punto de partida surrealista, se desarrolle con un tono excesivamente serio. Aunque el arranque promete, acaba siendo excesivamente ligera, y elude las partes más interesantes de la vida del protagonista, lo que aumenta el ansia de visionar el film que prepara Steven Spielberg. También resulta decepcionante que, junto al esfuerzo porque el argumento resulte coherente respetando los datos históricos conocidos (su madre murió siendo él joven, se le murió un hijo cuando era presidente, etc.), otros elementos resulten tremendamente disparatados (el Ejército Nordista usa bayonetas y balas de cañón de plata en la batalla de Gettysburg).

 


Fuente: www.decine21.com