Desterrar a Vasile? La idea la ha echado al aire González Urbaneja, el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, y ha causado furor. Muchos, en efecto, desearían ver desterrado al capitoste de Telecinco. El término empleado por Urbaneja, que al fin y al cabo es de Bachillerato antiguo, es más preciso: no desterrar, sino «extrañar» a Vasile. El de extrañamiento es un término menos común, pero más correcto que los de destierro o deportación. En el mundo antiguo era muy habitual: cuando alguien era muy malo, se le expulsaba de la ciudad, como quería hacer Platón con los poetas, los peluqueros y los pasteleros, y no cabía mayor condena. Otra variante era el ostracismo: un apartamiento de la vida pública que a veces implicaba el destierro físico y otras, simplemente, la exclusión de cualquier contacto con la política. Y luego está el confinamiento, que es dejar a un tipo en un sitio, en relativa libertad, pero sin permitirle salir de ahí. Si no me equivoco, en la última reforma del Código Penal español desaparecieron esos tipos penales, de manera que para desterrar a Vasile habría que recurrir a fuerzas distintas a las de los tribunales. Lo que ha motivado el rebote de Urbaneja es, entre otras cosas, el cierre de CNN+ y su transformación en ‘Gran Hermano 24 horas’. Dice Urbaneja que semejante afrenta es «como que te saquen los ojos y te meen en los agujeros», figura que parece sacada de ‘La familia de Pascual Duarte’ de Cela. En respuesta, Telecinco, con esa hipocresía tan suya, ha recurrido al arsenal de los anatemas políticamente correctos y ha acusado a Urbaneja de machista y xenófobo. Ya se sabe que Telecinco busca siempre, por encima de todo, parecer progresista, porque en esa casa piensan que un buen envoltorio progre justifica cualquier barbaridad. Ha dicho Urbaneja otra cosa que quizás esté más puesta en razón, y es esta: si Vasile manda tanto, «es porque algunos pecados habremos cometido». En ese caso, deberíamos ser los demás los que voluntariamente cojamos el camino del destierro. Y que Vasile se quede solo con su juguete.

 Fuente: J.J.Esparza (DV, 18-2-2011)