Paul Conroy despierta en un ataúd, al parecer bajo tierra en Irak. Encerrado entre cuatro maderas, Conroy intenta salir del secuestro al que ha sido sometido por algunos insurgentes. Un móvil, una navaja y un mechero serán, prácticamente, las armas con las que contará el joven contratista civil.

Buried_FichaCineDirector: Rodrigo Cortés

Intérpretes: Ryan Reynolds

Guión: Chris Sparling

Distribuidora: Warner Bros.

Duración: 98′

Género: Thriller

Público: +12

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6): Humor 1, Acción 1, Amor 0, Violencia 1, Sexo 0

Fecha de producción: 2010

Crítica

En su primer largometraje, Concursante, Rodrigo Cortés demostró un buen pulso narrativo y cierto sentido del riesgo al arrancar el descenso a los infiernos de un hombre que gana un millonario premio en televisión de modo análogo al Sunset Boulevard de Billy Wilder.

En Buried, esta vez con guión de un casi debutante Sparling, el director español se coloca en el límite y reduce su escenario al ataúd en el que está encerrado su protagonista. Un único espacio y sin ruptura ni elipsis temporales, lo que le resta a Cortés es jugar con la planificación.

Un punto fuerte de la película es, precisamente, la radicalidad de su propuesta, de la que todo el equipo sale airoso no sin pisar el artificio en varios momentos y aspectos: puntos de vista de cámara imopsibles que rompen con la cohesión narrativa o ases bajo la manga que el guión esconde para alargar un ejercicio que se hace largo a pesar de sus escasos 95 minutos.

Esto no sería un gran problema si las expectativas levantadas por la crítica americana y la campaña publicitaria de la major no hubieran sido tan exageradas en cuanto a la absoluta genialidad del film. Buried está bien, quizá muy bien –sabe jugar con la ironía en momentos de tensión y con y la crítica la burocracia empresaria y política, también con un off intenso y activador del movimiento en el guión-, pero no es la revolución que se anuncia en su promoción.

En cuanto al único actor, Reynolds da un paso más para no congelar su carrera en el ámbito de la comedia romántica, pero tampoco puede arreglar algunas cosas que el guión mete con calzador, eso sí, en su desasosegante féretro.

Firma: Lourdes Domingo