Josh Kovaks, un nativo del distrito de Queens, lleva diez años como encargado de los pisos más lujosos y más vigilados de todo Nueva York. Nada le pasa desapercibido. Su jefe y propietario del edificio es Arthur Shaw, una magnate de la bolsa que es acusado y detenido, bajo arresto domiciliario, por haber robado a sus inversores. Entre ellos se encuentran el personal de su Torre, que le entregó sus ahorros para que gestionara su futuro plan de pensiones. Kovaks se indigna con la situación y opera un cambio radical en su vida.

 

 

 

Director: Brett Ratner

Intérpretes: Ben Stiller, Eddie Murphy, Casey Affleck, Alan Alda, Matthew Broderick, Téa Leoni, Michael Peña

Guión: Jeff Nathanson, Ted Griffin

Duración: 104′

Género: Acción, Comedia

Estreno: 04/11/2011

Estreno dvd: 29/02/2012

Público: +16

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 3

Acción: 3

Amor: 1

Violencia: 2

Sexo: 1

Crítica:

Brett Ratner, conocido como productor pero también como director de exitosos títulos comerciales de acción (Hora punta, X-men: la decisión final o la precuela El dragón rojo) ataca una nueva historia sobre la crisis económica. Eso sí, desde un prisma bien distinto: la comedia.

El guión es un trabajo de Ted Griffin –labrado en la vertiente más ligera del género como Killers o en un remake ya clásico como lo es Ocean’s eleven- y Jeff Nathanson -colaborador de Spielberg en los libretos de Atrápame si puedes, La terminal o el último Indiana Jones-, a partir de una historia en la que han participado más escritores del ramo.

Si no se esperan grandes propuestas, Un golpe de altura es una comedia bastante aceptable para el gran público. Hablar de la crisis a gente que la está padeciendo y en un tono de humor tiene algo de mérito. El espíritu de Robin Hood renace –y además se cita en varias ocasiones, también para crear réplicas paródicas- y el de la saga de ladrones de Steven Soderbergh (los Ocean) no se queda atrás.

En el guión conviven, con acierto, elementos difíciles de combinar como hacer reír con los personajes y, al mismo tiempo, sufrir con ellos. Drama y comedia se entrecruzan y fusionan sin dejar que la caricatura y el estereotipo se apoderen de la película.

A partir de ahí, tampoco hay que pedir mucho más a una historia con momentos de acción imposibles y un exceso de vulgarismos que dice poco de la creatividad para resolver escenas. En este sentido, muchos de los momentos los salvan unos actores que, como Alan Alda, Casey Affleck o Matthew Broderick, se adaptan sin problemas a registros muy distintos.

 


Fuente: Lourdes Domingo (www.taconline.net)