Algunos juegos no dejan indiferente a nadie. Muchos para bien, otros tantos para mal. Pero la realidad es que es en esa falta de indiferencia donde encontramos a los juegos que verdaderamente acaban vendiendo miles de copias.

Esta semana, como si fueran hermanos, nos llegan dos videojuegos polémicos, directos y brutales. Como si fuera por voluntad del destino han tenido que pasar muchos años para poder ver estas dos secuelas y ahora, después de 14 y 11 años respectivamente, llegan a las consolas. ¿Habrán acertado con los cambios del tiempo?

La primera novedad es Duke Nukem Forever. La secuela del irreverente Duke llega pasada de rosca. Con un argumento pobre y poco trabajado y una jugabilidad ya muy común dentro del género de los shooters, pretende hacerse un hueco apelando a la nostalgia de aquel juego que salió hace 14 años y que resultaba tan adictivo. Con su secuela nos encontramos con un título bastante pobre técnicamente y excesivo en todos los aspectos (cuidado especial con el contenido demasiado destinado para adultos, nada recomendable para los más jóvenes). En resumen, un shooter que no hace justicia a la gran variedad que encontramos en el género.

La segunda novedad es Alice: Madness Returns. Este juego es la secuela de American McGee’s Alice, un título bastante controvertido que vio la luz hace 11 años. En este juego, basado en el universo de Alicia en el País de las Maravillas, controlábamos a una Alicia bastante diferente.

Dspués de la muerte de sus padres en un incendio, la joven queda desquiciada y encerrada en un psiquiátrico. Ahora, con esta segunda entrega volveremos a controlar a una Alicia algo psicótica que deberá volver al País de las Maravillas para enfrentarse a sus fantasmas del pasado. La propuesta parece original, pero el juego es bastante violento y falto de variedad.

Estas novedades bastante descafeinadas y sólo para adultos hace que nos preguntemos hasta qué punto es necesario sobrepasar los límites para crear una propuesta tan diferente como para que llame la atención. Queda por ver cómo quedan reflejados estos dos juegos en número de ventas, pero la realidad es que tanto técnicamente como especialmente por su contenido, no aprueban