Fueron las series familiares las que empezaron a escribir la era dorada de nuestra ficción: ‘Farmacia de guardia’, ‘Médico de familia’, ‘Los Serrano’… Esta noche (22.30) Telecinco vuelve a poner en práctica la misma fórmula con las historias de los Oquendo en ‘Familia’. Santiago Ramos (Boadilla, Salamanca, 1949) interpreta a Manolo, el padre, un exfutbolista que trae de cabeza a sus hijas.

 

¿Quién es Manolo?

Ha jugado en el Atlético de Madrid y se le recuerda por marcar un gol importante en una semifinal de Copa. Eso es un poco el punto máximo de su carrera.

¿Es usted futbolero?

Soy aficionado al Real Madrid pero no soy un forofo loco. Mi personaje sí que lo es.

¿Cómo afecta esa ‘locura’ a su familia?

Es un poco golfo, un poco tramposo. A la familia le llegan las secuelas de su vida como exfutbolista. Sus hijas serán muy críticas con él por su forma de enfrentarse con la realidad. Es un padre nacido en otra España.

La comparación con ‘Los Serrano’ es inevitable.

‘Familia’ no es una comedia, es una serie dramática. Mantiene una línea de risas y llantos, de muchas emociones. Lo que más me gusta de los guiones es que los personajes son creíbles. ¿Comedia dramática o drama con risas? No sabría cómo describirla.

¿Han cambiado mucho los problemas de las familias?

En el momento en que estamos lo normal es tener un hijo parado en casa cuando hace unos años la cosa es que no se querían ir.

¿Se inspiró en su padre para hacer este papel?

Una de las características inevitables de un hombre es lo mucho que se parece a su padre. Mis hermanos siempre me dicen: ‘¡Cada vez te pareces más a papá!’.

¿Es difícil hacer ficción hoy en España?

Lo que es difícil es acertar con la serie. Por ejemplo ‘Águila Roja’ demuestra cómo cualquier historia bien contada y hecha con mucho empaque puede llevarse a televisión. La ficción desde ‘Farmacia de guardia’ ha crecido enormemente, hemos visto pasar desde la revista hasta el sainete de Manolo y Benito, hasta el humor descarado y popular, pero bueno, de ‘Aída’. Las series que están bien hechas funcionan.

¿Se ha arrepentido de haber abandonado Derecho?

Hice dos años en Zaragoza, pero ya sabía que me quería venir a Madrid aunque no me dejaba mi padre. Cuando cumplí 21 le dije: ‘¡Ahí te quedas!’ Yo he tenido vocación de actor desde pequeño.

¿Qué le ha parecido la subida del IVA en el teatro?

Parece que se está desmontando todo, no hay profesión que no esté en pie de guerra. Esto es una demencia. Que haya seis millones de parados y que estemos alimentando a los bancos, ahí hay algo que no cuadra.

En el teatro estamos convertidos en la nada absoluta, estamos patas arribas. Me da rabia que se piense que el cine español solo sobrevive a base de subvenciones, me duele.

 

 

Fuente: www.diariovasco.com