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Después de varias semanas de éxito Hermano Mayor se da un descanso. En esta segunda temporada, como en la primera, Pedro Garcia, ha tenido un gran éxito visitando a familias destrozadas a causa de la mala conducta de sus hijos.

En este programa hemos podido ver jóvenes que maltratan a sus padres, que les tratan como esclavos o que, en definitiva, han perdido todo tipo de respeto hacia cualquier autoridad. No son personas que representen a los jóvenes de hoy en día, pero si son casos que ayudan a ver la importancia de una buena educación y en ocasiones, la influencia de las malas amistades.

Pedro, con una personalidad arrolladora, realiza una buenísima labor educativa, transmitiendo unos valores, como el respeto, la humildad y el perdón, que estas personas a las que se enfrenta los tenían olvidados. Como es normal, dada la naturaleza del programa y por sus momentos de tensión o violencia, no siempre es un programa agradable de ver, pero si que me parece una ocasión de ver  una televisión que pretende transmitir buenos valores, formar y no deformar.

Joseba Martinez