Plan de vuelo: Desaparecida (2005)

Pánico en el avión

Pánico en el avión

Kyle Pratt, ingeniera aeronáutica y madre de familia, aún trata de hacerse a la idea de la inesperada muerte de su marido. Ahora le toca viajar a Estados Unidos con Julia, su hija de seis años, en el mismo avión que transporta el féretro del finado, con vistas a organizar el sepelio. A la experiencia de su repentina viudez, se unirá un suceso más traumático si cabe. Tras echar una cabezada en el gran avión de varios pisos, Kyle se despierta y no encuentra a su pequeña. Al principio piensa que ha podido esconderse o estar jugando con otros niños, pero las azafatas dan aviso por megafonía y nadie parece haberla visto. Los pasajeros de al lado no la recuerdan. El capitán y el oficial hacen un esfuerzo porque se registren todos los recovecos del aparato. Kyle, que trabajó en el diseño del avión y que conoce hasta su último rincón, da ideas. Pero es que por lo visto la niña no figura siquiera en la lista de pasajeros. La tripulación y el resto del pasaje empieza a pensar que Kyle sufre alucinaciones.

Jodie Foster parecen gustarle los thrillers de calidad. Aunque la protagonista de El silencio de los corderos se distingue por la diversidad de proyectos que escoge, aquí vuelve a decantarse por un film de suspense muy en la línea de La habitación del pánico. Desde luego, Billy Ray, guionista y director de la interesante El precio de la verdad, no ha podido estar más acertado a la hora de escribir el guión, ayudado por el debutante Peter A. Dowling. La pareja de escritores parte de un punto de partida inquietante, deudor de Alarma en el expreso de Alfred Hitchcock, donde desaparecía una pasajera de un tren. Y sobre todo, se esfuerzan por transmitir la desesperación y angustia de la protagonista, y por hacer sembrar en el espectador la duda de si su cabeza no le estará jugando una mala pasada.

Además, logran crear secuencias desconcertantes. Si bien un análisis del guión a posteriori revela alguna inconsistencia, lo cierto es que éstas apenas se notan durante el visionado. Destaca el alto nivel de la interpretación de Foster, acompañada de ilustres secundarios en pequeños papeles. Y también por el trepidante ritmo que imprime a la historia el cineasta Robert Schwentke, un tipo a tener en cuenta pues debuta con fuerza en Hollywood, tras un par de largos en su Alemania natal.