Diamante de sangre (2006)

El tesoro de Sierra Leona

En sus teorías sobre el montaje, Eisenstein hablaba de estimulantes estéticos agresivos, es decir, de usar imágenes impactantes, para que el espectador no pueda olvidar el mensaje de la película. Conoce sin duda este principio básico del maestro ruso el artesano Edward Zwick, autor de películas valiosas como Tiempos de gloriaLeyendas de pasiónEn honor a la verdad o El último samurái. Esta vez Zwick se ha propuesto usar el potencial de una superproducción de Hollywood con un fin loable: concienciar a los espectadores de todo el mundo del sufrimiento que provocan los conflictos derivados del comercio internacional del diamante, sobre todo en la década de los 90, en el marco donde transcurre la acción, la guerra civil que asoló Sierra Leona.

Solomon Vandy, un apacible pescador de Sierra Leona, es separado de su familia por el ejército rebelde, que le obliga a trabajar en los campos de diamantes. Vandy logra escapar, tras haber enterrado un gigantesco diamante de color rosa que ha encontrado. Entretanto su pequeño hijo ha sido reclutado por los rebeldes para que combata junto a ellos. Solomon no duda en internarse en el frente bélico, en busca de su vástago, con ayuda de Archer, un blanco, mercenario de Zimbaue que trafica con diamantes y al que sólo parece motivarle el dinero que ganará con el diamante de Solomon.

Para reforzar su mensaje, Zwick no escatima detalles escabrosos y estremecedores a la hora de mostrar muertes y torturas. Si sus planos de miembros amputados son brutales, más duras resultan las secuencias de los niños de la guerra, adoctrinados para odiar y usar armas de fuego como autómatas, contra un enemigo que a veces puede ser su propia familia. La película también muestra el abandono de las regiones más pobres de África, y apuesta por la familia como ámbito idóneo para superar situaciones extremas.

DiCaprio vuelve a demostrar que no es sólo la estrellita de moda, sino también un actor valioso, en su papel de traficante de armas, tan cínico como insensible, que poco a poco se va humanizando. No le va a la zaga Djimon Hounsou, que confirma su talento tras el film En América, ni tampoco la actriz Jennifer Connelly, a pesar de que su papel de periodista es bastante breve.

El proceso de Kimberley

Una imagen vale más que mil palabras, y las mil imágenes de una película pueden ser más útiles que una campaña de concienciación de la ONU. Edward Zwick ha conseguido su objetivo, dar que pensar sobre el tema de la película. De Beers, gigantesca multinacional especializada en la venta de diamantes, ha puesto en marcha una campaña para contrarrestar posibles efectos negativos de la película. La empresa hace hincapié en la necesidad de transparencia en la compra y venta de gemas. Existe un mecanismo de control, el Proceso de Kimberley, organismo compuesto por miembros de 40 países, que certifican que un diamante no procede de una zona en guerra, es decir, que no es un diamante de sangre.

Infancia africana
Infancia africana

Especialmente conmovedoras son las secuencias que muestran todo lo relacionado con la explotación infantil en Sierra Leona y los niños reclutados como soldados. «Escribí una frase en la portada de mi guión. Decía: la verdadera joya es la infancia. Era lo primero que veía cada día antes de ponerme a rodar», explica Edward Zwick, el director. En la misma línea se pronuncia Djimon Hounsou, que interpreta a Solomon Vandy. «Archer, el personaje de DiCaprio, va en busca de un diamante, pero para Solomon, el diamante es su hijo», comenta el actor.