Un plan brillante (2007)

Robo por despecho

Entretenido cine comercial, al que se le habría agradecido un punto más de la brillantez que se promete en el título. La película arranca con una periodista joven y despreocupada, que se dispone a entrevistar con desgana a una anciana que en los años 60 llamó la atención por ser la única mujer alto cargo en la London Diamond Corporation, la máxima empresa londinense fabricante de diamantes. Pero Laura pronto capta la atención de su interlocutora cuando le muestra una joya de enorme tamaño y se dispone a contarle cómo perpetró un audaz robo con la ayuda de Hobbs, encargado de la limpieza y mantenimiento del edificio de la compañía.

El británico Michael Radford plasma en imágenes el guión de Edward Anderson, acerca de un robo sorprendente, que no podemos explicarnos cómo se ha llevado a cabo. Y alrededor coloca detalles de machismo rampante que discrimina a una mujer competente (la recuperada Demi Moore), y de crítica como de pasada a los “diamantes de sangre”, a las aseguradoras y a los grandes centros de poder político y financiero. Pero sobre todo estamos ante una historia de despecho –las razones del personaje de Michael Caine sólo quedarán claras al final–, en que la elegancia de las interpretaciones ayuda mucho a sostener un conjunto que si se piensa un poco, resulta endeble. En efecto, al supuesto perspicaz investigador de Lambert Wilson se le escapan bastantes cosas, y el modo “casual” en que las cámaras de circuito cerrado de televisión no estropean el golpe tiene algo de risible, que se reparte entre efecto buscado y efecto no deseado al cincuenta por ciento.

El elogio de Michael Caine

El director, Michael Radford, se deshace en elogios sobre el veterano actor Michael Caine: “Es perfecto para el papel. No es que le haya sido difícil interpretar un típico londinense de 73 años, ¡porque eso es lo que es! Era la opción ideal para el papel y ha creado un personaje genial. ¡Se podría decir que es The Italian Job con andador! Es tan carismático en pantalla… Sabe exactamente lo que está haciendo. Es de esos actores que no necesitan más que 2 ó 3 tomas. Siempre da una interpretación muy lúcida y encaja perfectamente las demandas del director. Utiliza esa forma de ser inglesa tan clásica para resumir algo de manera muy rápida y ahorrar muchísimo tiempo.»

Ridiculizando el machismo

Michael Radford comenta que «la película muestra lo ridículo que es el machismo. Laura es claramente la persona más inteligente de la empresa. Al principio de la película vemos que ascienden a un tío cuando se lo merecía ella. Luego se entera de que la van a echar porque no quieren que se lleve el reconocimiento por una ingeniosa estrategia empresarial. Es entonces cuando se enfada de verdad’. Y añade: «ser una ejecutiva en un mundo masculino era muy difícil entonces [en los años 60]. Las mujeres no podían ascender y ocupar puestos de relevancia en el mundo empresarial. Demi le da a Laura una agresividad creíble, pero también una vulnerabilidad muy real. Ése es un toque único».

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