Calabuch (1956)

Ha desaparecido un científico

Una fábula de buenas intenciones, coproducida entre España e Italia, muestrario del mejor Berlanga que continuaba la línea de su exitosa Bienvenido Mr. Marshall. Impagable Edmund Gwenn como protagonista, muy bien rodeado de Valentina Cortese y José Isbert.

El profesor Hamilton, un sabio que ha inventado una máquina que podría ayudar a conseguir la paz en el mundo, ha desaparecido de la faz de la tierra, motivo por el cual le busca la Interpol. En realidad lo que desea es desaparecer, así que se hace pasar por un vagabundo. Y así encuentra refugio en un pequeño pueblo donde olvidar los problemas que le ha ocasionado su invento y ser feliz.

Filmada en la localidad de Peñíscola (Castellón de la Plana) fue premiada en la Mostra de Venecia por la OCIC. Según el catedrático Román Gubern: ‘Es la primera película antiatómica del cine español que pone en cuestión el imperialismo americano’.