Trash. Ladrones de esperanza (2014)

¡Anda, la cartera!

Un hombre que huye de la policía, arroja la cartera que buscaban al vacío, y va a parar a un camión de la basura, que la deposita en uno de los vertederos de Río de Janeiro, donde decenas de niños de las favelas se ganan la vida rebuscando entre los escombros. Acaba encontrándola el pequeño Rafael, que comparte el dinero que había en su interior con su amigo Gardo. Pronto el lugar se llena de agentes a la búsqueda de la cartera perdida, pero los chicos callan, preguntándose qué pueden tener de valioso unos papeles con números, unas fotos de un hombre con una niña, una tarjeta de lotería, una estampita de San Francisco de Asís y una llave. Con ayuda de Rato van a ir averiguándolo poco a poco, pero metiéndose en numerosos líos; por suerte les echan un cable el padre Julliard, el sacerdote que desde su pequeña iglesia hace una gran labor social, y la voluntaria Olivia.

Adaptación de una novela de Andy Mulligan, convertida en guión por Richard Curtis –el cuentista de Love Actually–, y dirigida por Stephen Daldry, especialista en historias de jóvenes, piénsese en Billy Elliot y Tan fuerte, tan cerca. Muchos son los puntos de comparación que pueden establecerse para este cuento con tres chavales protagonistas que procuran hacer lo correcto, algo que han aprendido en la iglesia. Se podría hablar de un Slumdog Millionaire a la brasileña, si tomamos la referencia fílmica más reciente y obvia, o de aventuras entre Charles Dickens y Mark Twain, si nos ponemos más literarios y pensamos en pilletes de buen corazón en un contexto de pobreza y corrupción, donde se enfrentan a grandes villanos, pero cuenta también con la ayuda de personas de buen corazón.