Las crónicas de Narnia: La travesía del Viajero del Alba (2010)
Navegación narniana
Continúa la Segunda Guerra Mundial, y Edmund Pevensie querría alistarse para emplear todo su valor adquirido en Narnia. No será así, pues es menor de edad, pero a cambio volverá con su hermana Lucy a este fantástico lugar. Les acompaña su insoportable primo Eustace, típico sabihondo que no cree en cuentos de hadas. Su entrada en Narnia por el mar les hace reencontrase con Caspian, ahora rey. Y aunque en sus dominios reina la paz, ha emprendido una expedición a unas misteriosas islas donde antaño desaparecieron siete nobles caballeros.
Tercera entrega de “Las Crónicas de Narnia” del escritor británico C.S. Lewis, tras Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario y Las crónicas de Narnia: El príncipe Caspian. Cambia el director –Michael Apted reemplaza a Andrew Adamson, que retiene un crédito como productor–, y también la compañía asociada a la productora Walden Media –Fox ha reemplazado a Disney, que irónicamente para una saga donde la fe es tan importante, no ha creído en su continuidad tras la acogida algo fría de Caspian frente a su predecesora–. El resultado, servido también en 3D, es más que notable, gracias a un impresionante dinamismo, una asombrosa serie de escenas de acción y brillantes efectos visuales que no desdibujan los trazos de una trama sólida, con personajes y conflictos interesantes. El combate entre el dragón y la serpiente de mar es espectacular, pero también está muy conseguida la escena de entrada en Narnia, francamente original, y muy fiel al libro en que se basa.
De algún modo Edmund y Lucy asumen los papeles de sus hermanos Peter y Susan, ya demasiado mayores para viajar a Narnia –aunque una simpática ocurrencia de guión permite recuperarlos en un par de secuencias–, los chicos han crecido y son más maduros. Lo que no quita para que ellos y Caspian sufran tentaciones en sus puntos más flacos, los complejos que les atenazan. Mientras, el neófito Eustace ocuparía un poco el papel que Edmund desempeñaba en el primer film, pero además es un excelente contrapunto cómico, propicia los momentos más graciosos, aparte de la ‘hermosa amistad’ que desarrolla con el ratón Reepicheep.
El guión de Christopher Markus, Stephen McFeely y Michael Petroni es muy fiel al espíritu cristiano de su fuente, Lewis, algo que se constata en el majestuoso león Aslan, que guía a los chicos por el camino del bien, y asegura que en el mundo real pueden encontrarle con otro nombre