El hombre que susurraba a los caballos (1998)

 

Naturaleza versus gran ciudad

Dos adolescentes sufren un accidente mientras montan a caballo. Una muere. Grace, la otra, pierde una pierna y queda muy traumatizada. Sus padres, que no se llevan muy bien, no saben qué hacer para que la chica recupere la alegría. Hasta que Annie, la madre, toma una drástica decisión: deja temporalmente su trabajo en una revista, y se lleva a su hija y al caballo (éste se encuentra en estado semisalvaje desde el accidente) a Montana. Allí vive Tom Booker, un célebre cuidador de caballos.

Estupendo film, inspirado en la novela de Nicholas Evans (hay cambios importantes, sobre todo en el final), tiene algunos puntos en común con Los puentes de MadisonRobert Redford escoge un tema perfecto para subrayar los contrastes entre la paz de la naturaleza y el ajetreo de la gran ciudad. El personaje de Tom, que Robert Redford se reserva (es la primera vez que Redford dirige y actúa en un film), es un verdadero bombón, y le va como anillo al dedo.

Film contemplativo, con una fotografía de los paisajes de Montana alucinante, y que gustará un montón a los amantes de los caballos, ofrece además una historia sólida. El film refleja las tensiones en una familia (como el amor entre marido y mujer ha perdido fuelle, las dudas entre un nuevo romance o la fidelidad, el acercamiento a una hija que está lejos, muy lejos) con intensidad; y atrapa de lleno al espectador.

Robert Redford ha dicho

–»Es cierto que hay puntos en común con Las aventuras de Jeremiah Johnson, pero ése era un film centrado en un solo personaje y en un momento histórico concreto. Mientras que en El hombre que susurraba a los caballos hay varios personajes y una historia de amor. En Las aventuras… se trataba de una historia de supervivencia. También creo que comparte cosas con Gente corriente y El jinete eléctrico

–»El trabajo con los caballos ha sido muy difícil. Quería entrar en el espíritu del animal, filmarlo de forma tal que el espectador se encuentre muy cercano al caballo; así se crea una relación casi personal.»