Lo que queda del día (1993)

 

El mayordomo

La Segunda Guerra Mundial es inminente. Stevens (Anthony Hopkins) es un mayordomo de la mansión de Darlington Hall, entre cuyas paredes los dueños y el servicio mantienen sus vidas apartadas en una rígida interdependencia. Stevens es eficiente y está entregado a su trabajo. Ni se le ocurre pensar en lo contrario. Su mundo no va más allá de la obediencia y el protocolo. La fidelidad a su señor es absoluta, porque así ha sido educado por su padre, también mayordomo. Pero su meticulosa vida se ve turbada con la llegada de una temperamental ama de llaves, Miss Kenton (Emma Thompson). Miss Kenton esconde bajo su aspecto frío una mujer llena de ternura, que enseguida se enamora en silencio del incomunicativo Stevens. Las palabras de amor que ella espera de él, son en realidad intrascendentes comentarios de trabajo, ausentes de cualquier pasión. A la vez, en la mansión se reúnen importantes cargos del régimen alemán nazi, para negociar apoyos británicos con el rico propietario, interpretado por James Fox.

Una excelente película, basado en la novela de Kazuo Ishiguro, titulada ‘Los restos del día’. El prestigioso director de películas de época James Ivory desarrolla con su habitual elegancia y sutileza un drama que encierra una tremenda carga de profundidad. Artífice de Las Bostonianas o Maurice, dirige con mano experta a dos grandes intérpretes. Hopkins realiza una actuación magistral, rellenando su complejo personaje con gestos concisos pero ligeros, sin recargas artificiales. Una película muy inteligente que en pocos años se ha convertido en un clásico.