Eduardo Manostijeras (1990)

 

El chico sin manos

Una mujer mayor cuenta a sus nietos una historia. Ellos piensan que se trata de un cuento, pero en realidad está basado en una historia real. Un inventor vivía en un castillo en la cima de una colina y había creado un ser vivo llamado Eduardo. Era un joven atractivo, pero tenía un grave defecto, en lugar de manos tenía unas tijeras de metal. Tras la muerte de su creador, Eduardo se queda solo en el castillo, hasta que una vendedora a domicilio se lo lleva a su casa a vivir con su familia.

Uno de los títulos esenciales del ecléctico Tim Burton (BatmanEd Wood). Se trata de una especie de versión moderna de Frankenstein, de Mary Shelley, pues un extrafalario inventor da vida a un ser sensible y bondadoso, que en lugar de dedos tiene tijeras, lo que conducirá su vida hasta la tragedia. Se da la paradoja de que el científico muere poco antes de poder ponerle las manos de verdad que le había construido. Sus características principales son una surrealista puesta en escena, espléndidas interpretaciones y cierta crítica a la frivolidad de la sociedad moderna. Lo mejor es el tono, que recuerda al de los cuentos infantiles y la bella banda sonora de Danny Elfman, colaborador habitual de Tim Burton en títulos como BatmanMars Attacks o Pesadilla antes de Navidad.

Con este filme el realizador de Bitelchus se consagró como el más imaginativo, sobre todo en el aspecto visual, de los directores del Hollywood de los 90. Del reparto destaca el joven Johnny Deep, en uno de sus primeros éxitos y la secundaria habitual del cine de Woody Allen Diane Wiest, ganadora de dos Oscar.