Dirección: Carlos Saura

Intérpretes: Lorenzo Balducci, Lino Guanciale, Emilia Verginelli, Tobias Moretti, Ennio Fantastichini, Ketevan Kemoklidze, Sergio Foresti, Borja Quiza

Guión: Carlos Saura, Raffaello Uboldi, Alessandro Vallini

Duración: 127 min.

Público apropiado: Adultos

Género: Drama, Musical

 

Io_Don_Giovanni_CNueva incursión en el mundo de la música del veterano realizador aragonés Carlos Saura, que conectaría sobre todo con Tango, en la medida en que intercala numerosas secuencias puramente musicales dentro de una trama dramática. Saura se incorporó al proyecto después de que el productor Andrés Vicente Gómez le entregara el primer borrador del guión, de Raffaello Udoldi y Alessandro Vallini. Sigue una línea similar a Shakespeare enamorado, pero con un personaje llamado Lorenzo da Ponte, que fue el libretista de Mozart en su magistral ópera «Don Giovanni». Viene a explicar cómo el escritor incorporó elementos de su propia vida a su trabajo.

Io, Don Giovanni arranca en Venecia, cuando Lorenzo da Ponte se convierte aparentemente al catolicismo y llega a ser ordenado sacerdote, aunque en su fuero interno sigue fiel a su religión judía. Es además un libertino que no para de conquistar mujeres, y cuando la Inquisición descubre que es el autor de versos en contra del catolicismo, le obligan a partir al exilio. Acaba en Viena, donde su amigo y mentor Giacomo Casanova le relaciona con Antonio Salieri, compositor oficial del rey. El monarca pide a Da Ponte que componga la letra de una ópera que tendrá música de Mozart.

De nuevo, Saura forma equipo con el maestro de la fotografía Vittorio Storaro tras Goya en Budeos, Tango, Taxi y Flamenco. El veterano operador de Apocalypse Now se luce continuamente, sobre todo con sus imágenes de los canales venecianos. Ésta vez, sus planos son muy artificiales, pues los exteriores han sido rodados en estudio, con fotografías de cada localización impresas a gran tamaño sobre telones, lo que da al film un aire irreal muy operístico. En su concepción multiartística del cine, Saura ha cuidado también mucho el sonido, pues el film incluye fragmentos enteros de la ópera de Mozart, al estilo de los números del cine musical, grabados por buenos músicos y privilegiados intérpretes, que además de cantar también actúan. Resulta llamativo el caso de la diva Ketevan Kemoklidze, mezzo soprano de prestigio internacional y una gran voz, que sin embargo resulta un tanto sobreactuada en su papel de la Adriana Ferrarese.

Cabe también señalar que el actor Lino Guanciale realiza un buen trabajo en su papel de Mozart, pero el personaje está muy influido por la visión que dio Milos Forman en Amadeus, tan genial como alocado, y con graves problemas de salud. Parece un poco inevitable, pues en el imaginario colectivo el compositor permanece con el rostro del actor Tom Hulce.

Aunque sus reflexiones sobre el poder redentor del amor, que triunfa sobre el vicio y el pecado son positivas y tienen su interés, el punto débil de la cinta es el guión. Resulta a veces demasiado esquemático, y su visión de la Inquisición y de la Iglesia de la época resulta excesivamente tópica y poco creíble.