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Ismael Tchou, con ocho años y de madre africana, coge el AVE en Atocha rumbo a Barcelona. Se ha fugado de su casa porque quiere encontrar a su padre, Félix (Mario Casas), a quien nunca conoció. Su única pista es la dirección de un apartamento en la Ciudad Condal, escrito en el remite de una carta dirigida a su madre. Una vez allí, consigue encontrar el edificio pero, en vez de su padre, encuentra a una elegante mujer que resulta ser su abuela Nora (Belén Rueda). Ismael y su abuela emprenden un viaje hacia un pueblo de la Costa Brava donde Félix vive hace tiempo. El encuentro que desencadena Ismael, con el deseo de conocer a su padre, hará que todos los personajes traten de saldar sus cuentas con el pasado.

Director: Marcelo Piñeyro

Intérpretes: Mario Casas, Belén Rueda, Larsson do Amaral, Juan Diego Botto. Sergi López, Ella Kweku

Guión: Verónica Fernández, Marcelo Figueras, Marcelo Piñeyro

Duración: 110′

Género: Melodrama

Estreno DVD: 16/04/2014

Público: +16

Valoración: *

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 2

Acción: 2

Amor: 1

Violencia: 0

Sexo: 0

Crítica

Marcelo Piñeyro, director argentino con nacionalidad española, alcanzó un significativo éxito con Tango feroz, su ópera prima, que le supuso un Cóndor de Plata. Posteriormente, con Cenizas del paraíso (1998), Plata quemada (2000) y El método (2006), obtuvo 3 “Goyas”, además de numerosos premios internacionales. Partiendo de esta filmografía esperábamos esperanzadores resultados del nuevo título que ahora nos ofrece.

Con Ismael entra en el difícil terreno de la “película con niño”. Y por añadidura niño fruto de un antiguo amor del protagonista. Con estos ingredientes era bastante fácil dar consistencia a un posible serial televisivo por capítulos, pero bastante improbable para una aceptable cinta, en la que el guión chirría por todos sus goznes.

Aparte de la natural ingenuidad interpretativa del pequeño Ismael, la historia carece de fuerza y cohesión, defecto que no logran superar ni Mario Casas con su físico, ni Belén Rueda con toda su experiencia interpretativa. En medio de tal desbarajuste, aparece un personaje, a cargo del actor Sergi López, que consigue, por breves momentos, aportar un poco de lucidez a la cinta.

Que padres e hijos, con entornos de vida distintos, lleguen a encontrarse es un buen motivo para celebrarlo en el cine, pero también es verdad que el cine, además de ejemplares historias y buenos actores, necesita buenos guiones. O así nos lo parece.

Fuente: Joaquín Guitart (www.taconline.net)