No hace falta ser un Tocqueville para darse cuenta de que el camino hacia la Casa Blanca tiene un punto de «reality-show». Escrutinio intenso, eliminatorias, momentos embarazosos y personajes con limitados méritos en busca de una fama lucrativa. Toda una televisiva saga que no necesariamente tiene que acabar con el día de las elecciones como ha demostrado Sarah Palin al protagonizar su propia serie en Estados Unidos.

En su estreno dominical, la producción titulada «La Alaska de Sarah Palin» ha cosechado toda una plusmarca de cinco millones de audiencia. Cifra sin precedentes para el estreno de un «reality» en el canal de pago TLC y que en parte se explica por la búsqueda de indicios para desentrañar el gran misterio político de saber si la ex gobernadora se presentará o no a las próximas elecciones presidenciales.

La serie, por supuesto, se centra mucho más en Palin que en Alaska. Es más «national politics» que «national geographic». En el primer episodio se la puede ver pescando junto a osos, practicando la escalada e impidiendo que el novio de su hija Willow tenga acceso al dormitorio de la adolescente. Actividades de cierto riesgo en las que la heroína conservadora —pese a ser de aquellas que van descalzas por casa— parece encontrarse en su plenitud de lideresa orgánica.

A la espera de la aparición de armas de fuego en próximos episodios, dentro de la primera entrega hay un momento especialmente surrealista, cuando la televisión se monta sobre la televisión. Y se puede ver como el salón de la casa familiar a orillas de un espectacular lago se transforma en un improvisado estudio para las apariciones de Palin en la cadena Fox News. Con un momento inolvidable en el que la señora con más conclusiones que datos consulta a su marido sobre política fiscal.

La serie de ocho capítulos, con un precio estimado en diez millones de dólares, forma parte de la pequeña fortuna amasada por Palin en los dos últimos años. El programa presentado como una «historia de aventura familiar» es responsabilidad del veterano productor Mark Burnett, acreditado pionero de los «reality shows» con éxitos como «Superviviente». Aunque Palin aparece como productora ejecutiva y ha retenido estricto control sobre la exposición televisiva de su familia.

Como otras dinastías catódicas, la hija mayor de Sarah —que se quedó embarazada durante la campaña de su madre— también está aprovechando este afán de compartir con la pequeña pantalla. Bristol aparece esta temporada en el elenco de famosos que participa en «Bailando con las estrellas» de la cadena ABC. Semana tras semana, los jueces le dan las peores notas. Pero la señorita siempre se salva cuando se contabilizan los puntos de la audiencia.

Fuente: ABC

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