ESTRENO EN CINES

Dirección: Todd Solondz

Intérpretes: Ally Sheedy, Allison Janney, Ciarán Hinds, Paul Reubens, Shirley Henderson, Chris Marquette, Gaby Hoffmann, Charlotte Rampling, Michael K. Williams, Dylan Riley Snyder, Michael Lerner, Emma Hinz, Rich Pecci

Guión: Todd Solondz

Duración: 96 min.

Público apropiado: Adultos

Género: Drama

Por decine21

 

lavidaentiemposdeguerraCUno de los cineastas más prestigiosos del cine independiente estadounidense, Todd Solondz (Bienvenidos a la casa de muñecas) prosigue en su afán de mostrar su partícular visión deprimente de la vida. Para Solondz, las personas parecen ser sólo pozos de podredumbre, hervideros de secretos malsanos y perversiones patológicas. Y a él le gusta chapotear en esas almas enfermas y dejar claro que las cosas son como son, sin posibilidad de cambio o redención posible. Tan sólo cabe tragarse el sufrimiento, sobrevivir a duras penas a la propia miseria y a los traumas causados por los demás… No se puede ser más nihilista.

Tres hermanas: Trish, Joy y Helen. Trish es madre de tres hijos y está divorciada de su marido Bill, encarcelado por pedofilia. Acaba de conocer a Harvey, que podría convertirse en un padre «normal» para los dos hijos pequeños que aún viven en casa, Timmy y Chloe. Entretanto, Bill saldrá de la cárcel e irá a visitar a su hijo mayor en la universidad. Joy, por su parte, es una joven angelical e ingenua, que trabaja con ex presos en un correccional de New Jersey. Lo malo es que mantiene relaciones con esos hombres desequilibrados con la esperanza ilusoria de que puedan sanar de sus perversiones. Sus fracasos han hecho mella en su delicada naturaleza y ahora empieza a ver los fantasmas de sus amantes muertos. Por último, se presenta a Helen (aunque muy brevemente), neurótica escritora triunfadora en Hollywood.

 Nada nuevo bajo el sol. Solondz lleva haciendo lo mismo desde Happiness, su obra más celebrada. También en ese film había un pedófilo y un niño tenía que soportar el conocimiento de los hechos paternos con una crudeza muy desagradable (se podría pensar en una inquietante obsesión del cineasta por este tema y por sus consecuencias en el desarrollo infantil, precozmente seccionado…). Por lo demás, se ofrece una galería de seres que sufren y sufren y sufren, y que no pueden perdonar ni olvidar, y cuyos insuperables traumas provocan que también sean incapaces de sembrar alegría y amor en los demás. En otro plano, el de la envoltura, Solondz crea imágenes impactantes y sabe darles magnetismo, a menudo con una excepcional fotografía y una música evocadora: la secuencia inicial, el sueño recurrente de Bill, el paseo sonámbulo de Joy, etc. Y, como suele ser habitual, ha contado con un excelente reparto.