ESTRENO EN CINES

Dirección: Bart Freundlich

Intérpretes: Catherine Zeta-Jones, Justin Bartha, Lynn Whitfield, Art Garfunkel, Joanna Gleason, Jake Cherry, Sam Robards, Kelly Gould

Guión: Bart Freundlich

Duración: 97 min.

Público apropiado: Jóvenes-adultos

Género: Comedia, Romántico

Por decine21

 

Mi-segunda-vezEl director Bart Freundlich prosigue con su intento de lograr una digna carrera cinematográfica. Algo ha adelantado desde la decepcionante Ellas & Ellos, pero aún le queda mucho camino que recorrer para entregar una comedia romántica como Dios manda. Aquí busca darle la vuelta al convencionalismo romántico del padre solitario que se enamora de la niñera, cuyo máximo exponente es sin duda Sonrisas y lágrimas.

Sandy (Catherine Zeta-Jones) es una atractiva cuarentona, amante del deporte y madre de dos hijos, que, tras ser engañada por su marido, decide divorciarse. Para romper lazos con el pasado se muda a Nueva York con sus dos hijos y empieza a buscar trabajo. Encuentra un puesto en una cadena de televisión y alquila un pequeño piso. Precisamente es Aram (Justin Bartha), el joven de 25 años propietario del apartamento, quien se ofrece para ser canguro de los niños. Sandy aprovecha la ocasión y muy pronto Aram demuestra su gran don para tratar a los chavales. Pero lo que no estaba previsto es que Sandy y Aram empiezan a enamorarse pese a la diferencia edad.

Mi segunda vez se desarrolla con cierta gracia, pero se ve sin mucho entusiasmo. El problema es el guión, que no acaba de funcionar, de enganchar. Todo resulta un poquito enlatado, muy poco creíble de tan tópico. Apenas hay escenas que sorprendan o resulten inspiradas, pese a que se buscan a veces con retorcimiento, como ésa en que se muestra la terapia femenina de golpear a un hombre para sacar a relucir la ira acumulada por las frustraciones. Hay también un aire cansino de humor grueso que resta inevitablemente el deseado encanto romántico. Lo más destacable es sin lugar a dudas el gran trabajo de Justin Bartha (La búsqueda), un actor convincente y que sabe hacerse enormemente cercano y simpático sin hacerse el gracioso.