Dirección: Jaco van Dormael

Intérpretes: Diane Kruger, Rhys Ifans, Jared Leto, Sarah Polley, Juno Temple, Toby Regbo, Daniel Mays, Clare Stone

Guión: Jaco van Dormael

Duración: 138 min.

Público apropiado: Jóvenes

Género: Ciencia ficción, Drama, Fantástico

Por decine21

 

lasvidasposiblesdemrnobodyCSingular e inclasificable película del belga Jaco Van Dormael, con capacidad a partes iguales de fascinar e irritar al espectador, tan apabullante y extraño es el despliegue visual y narrativo de la cinta, deudor entre otros filmes de 2001: una odisea del espacio. Ya dio idea de su talento, en esta línea, en la estimable Toto, el héroe (1991).

Se trata de una invitación a considerar las infinitas posibilidades que ofrece la vida, una elección u otra pueden llevar por caminos insospechados. Seguimos a Nemo Nobody, el último mortal de un mundo futurista donde los seres humanos ya no mueren, él es el último que seguirá ese camino. Pero hasta llegar a la ancianidad, su vida ha estado marcada por elecciones conscientes y accidentes fortuitos, hasta el punto de que no tiene muy claro cuál ha sido su verdadera existencia. En efecto, su infancia está marcada por la separación de sus padres, y la decisión de vivir con una u otro. En el primer caso conocerá a Anne, y tendrá un padrastro, conocerá a la mujer de su vida y la perderá; en el otro formará una familia con Elise, mujer depresiva… o no, sino que decidirá casarse con la primera chica que le invite a bailar.

Lo que sorprende de la película de Van Dormael es su increíble dinamismo, la capacidad de proponer mecanismos narrativos distintos, contradictorios, extrañas piezas de un complejísimo puzzle. Nobody está bajo los efectos de la hipnosis, o tal vez está soñando, o en coma, o concediendo una entrevista, o agonizando en el fondo de un lago… Puede que viaje a Marte, o que se convierta en un vagabundo. El efecto «mariposa» puede cambiar su vida, pero al final, viene a decir el cineasta, lo importante es vivir, poco importa qué vida. Van Dormael apunta a que las certezas del hombre son pocas -si sabemos tan poco de la vida actual, ¿cómo podemos preguntarnos sobre la existencia de la otra vida, después de la muerte?, se interroga en cierto momento del metraje-, de modo que su propuesta, aunque estéticamente subyugante, no conduce a ninguna parte, se queda en nihilista ejercicio de estilo.