Las narraciones en audio están en auge porque permiten consumir literatura mientras se realizan otras actividades, con un formato que proporciona una comprensión similar a la palabra escrita
El tiempo se ha convertido en un bien escaso en medio de tanta notificación, alerta en el móvil o el asedio de las redes sociales. Los datos son aterradores: en el peor de los casos, un usuario puede mirar la pantalla de su móvil unas cien veces al cabo del día. Este escenario es catastrófico de cara a fomentar la lectura, sobre todo entre los jóvenes: un libro exige concentración plena para no perderse ni una sola línea. Pero ¿y si la obra en cuestión es narrada al lector? El fenómeno de los audiolibros ha experimentado un marcado auge en la última década, revolucionando por completo la manera de consumir literatura. Ya no es necesario aferrarse a un libro en formato físico o electrónico; en su lugar, las historias cobran otra vida a través de las voces de los narradores.
Un libro narrado ofrece evidentes ventajas, sobre todo con las limitaciones de tiempo que padece la sociedad actual: permiten la realización de múltiples tareas al mismo tiempo, como conducir, hacer ejercicio o cocinar mientras se disfruta de una novela. ¿Quiere esto decir que la experiencia en nuestro cerebro es equivalente? Un estudio llevado a cabo en 2016, analizó la comprensión lectora y la retención de información de dos grupos: uno, leyendo libros tradicionales, el otro, audiolibros. Tras la lectura del libro, se les administró un cuestionario para medir su comprensión lectora y los resultados revelaron que no existían diferencias significativas. Es cierto que la lectura permite retroceder ocasionalmente para revisar lo leído, pero los audiolibros ofrecen la ventaja de transmitir matices emocionales y permiten una comprensión a través de la entonación, sobre todo cuando es el propio autor quien lo narra.
Puede que el concepto de un libro narrado aún resulte extraño, pero se trata de un fenómeno muy extendido. Según el trabajo de campo Audible Compass, llevado a cabo en 2022, un 70% de los españoles consumen entretenimiento a través de audio de forma habitual; y el dato más llamativo es que esta cifra supuso un incremento del 18% con respecto al año anterior. No tenemos tiempo para leer, pero sí para escuchar: el arte de la literatura cobra una nueva esperanza (aunque sea en otro formato), teniendo en cuenta que las distintas experiencias de libro y audiolibro producen unos resultados de comprensión similares.
¿Y qué tipo de obras nos gusta disfrutar a través de los oídos? “Los españoles prefieren los títulos de misterio y thrillers (49%) a la hora de escuchar audiolibros, seguidos de literatura y ficción (46%), ciencia ficción y fantasía (44%), historia (40%) y salud y bienestar (34%)”, detallan fuentes de Audible, plataforma líder mundial en audiolibros y perteneciente a Amazon.
¿En qué momento y circunstancia se escucha con más frecuencia un libro narrado? En España, y según siempre el citado estudio, se prefiere hacerlo desde casa (un 61%), pero llama la atención que un 50% opta por amenizar sus viajes en coche para dejarse trasladar por un relato narrado. Y es aquí donde los audiolibros juegan con ventaja frente a un libro tradicional, pues permiten desempeñar otra tarea mientras se lee. Lógicamente, el nivel de atención es menor, pero esto se ve compensado con la entonación y con una mayor carga emocional que en la palabra escrita.
Los principales servicios de audiolibros
La primera gran distinción que hay que hacer en lo relativo a los audiolibros es que el usuario puede adquirirlos individualmente o bien pagar una tarifa plana mensual que le permita acceso ilimitado a una enorme biblioteca. Si lo comparamos con el cine, el primero sería como adquirir una película (en formato digital o físico), mientras que el segundo sería como un Netflix de los libros: con una cuota mensual, se tiene acceso un catálogo casi ilimitado. ¿Qué compensa más, desde el punto de vista del usuario? Dependerá del número de libros que sea capaz de escuchar: a quienes sean lectores intensos, les compensará suscribirse a uno de los servicios; los lectores ocasiones estarán más tentados de adquirir obras narradas de forma individual.
Audible. Ya era pionero en el segmento del entretenimiento de audio cuando, en 2008, Amazon adquirió este servicio. Como sucede en los servicios de música en streaming, las plataformas no tienen diferencias reseñables en cuanto a contenido: no hay grandes éxitos literarios que estén exclusivamente en una de ellas. La lucha entre ellas se lleva a cabo en lo relativo al contenido exclusivo creado por cada una de ellas: Audible cuenta con un amplio catálogo de autores que únicamente ofrecen sus títulos de forma exclusiva en la plataforma. Audible declara tener más de 90.000 títulos en español en la plataforma, todos ellos bajo el paraguas de la cuenta de Amazon. Esto no quiere decir que pagando Prime se tenga acceso a su catálogo: para disfrutar de Audible es necesario pagar 9,99 euros al mes, pero la ventaja es que hay un periodo de prueba gratuito lo suficientemente amplio para determinar si nos gusta o no.