Esta nueva adaptación de Los tres mosqueteros mantiene la esencia de la narración de Dumas pero, gracias a las posibilidades que ofrece actualmente la industria del cine, nos hace vivir la trama como nunca.


No es la primera vez ­–ni tampoco será la última– que la novela de Alejandro Dumas se adapta a la gran pantalla. Hemos visto tanto versiones dirigidas a adultos como a los tres “mosqueperros” en acción para entretener a los más pequeños.


La película nos cuenta la historia de siempre: el deseo de D’Artagnan de convertirse en mosquetero y su lucha incesante contra el cardenal Richelieu. La novedad, esta vez, es que todo se manifiesta en exceso: mucha pasión, mucho resentimiento, muchas ganas de venganza y muchos efectos especiales. Queda evidente el gran presupuesto que respalda el proyecto, ya que visualmente no le falta nada.

Si hablamos del guion, como podíamos esperar, confluyen los clichés de la Iglesia barroca con tendencias actuales a las que, como mínimo, se les reserva una mención.

Con todo ello, quedamos a la espera de la segunda parte de este gran film para conocer más de los movimientos de nuestros cuatro protagonistas y el rumbo de una fascinante batalla que no ha hecho más que empezar.

Firma: Júlia Nafría