De entre las numerosas mentiras que nublan el sol en nuestros cielos, hay una que ha hecho fortuna, a saber: que la ‘nueva’ TVE es neutral e independiente. Hay mucha gente empeñada en sostener la ilusión a pesar de que ‘Informe Semanal’ nos demuestra todas las semanas hasta qué punto es un embuste. Ahora el asunto pasa al primer plano de la actualidad político-televisiva por tres argumentos muy concretos: el ‘caso Faisán’, el ‘caso Bono’ y el escándalo de los falsos ERE de la Junta de Andalucía, todos ellos relegados por la Pública al cajón de las noticias de perfil bajo. El Partido Popular, que para eso está, ha acudido a la plaza pública y ha ventilado, papeles en mano, las singulares omisiones e interpretaciones de TVE sobre la actualidad, omisiones e interpretaciones que, oh, casualidad, siempre benefician al Gobierno y perjudican a la oposición. El PP apunta a dos responsables: el director de informativos, Fran Llorente, y el supervisor Rubalcaba, que estaría ejerciendo de Sumo Controlador de TVE. Dice el PP que TVE malversa fondos públicos, porque emplea el dinero del Estado para fines privados (los del PSOE). La Pública, como era de esperar, ha salido en tromba y ha multiplicado los comunicados hacia los cuatro puntos cardinales. Los argumentos con los que TVE responde son sobre todo dos: uno, cerrada defensa del trabajo de todos sus profesionales; el otro, elogio indisimulado de la propia trayectoria, avalada por el liderazgo de audiencia. Está bien jugado, pero ninguno de los dos argumentos afecta al núcleo de la cuestión, que no es ni la profesionalidad de los trabajadores de TVE ni el éxito en ‘share’, sino la omisión interesada de informaciones que molestan al Gobierno. Por otro lado, el comunicado de TVE se entrega a una laboriosa hermenéutica sobre el sentido de la expresión «malversar fondos públicos» que, la verdad, en este contexto resulta un tanto extravagante. ¿A qué carta quedarnos? Si usted ve los telediarios de TVE, no necesitará demasiada asesoría sobre la respuesta. Ya hemos pasado muchas veces por aquí. Demasiadas.

Fuente: JOSÉ JAVIER ESPARZA (El Diario Vasco, 06.03.11)