Los contenidos publicados en la plataforma de vídeos cortos refuerzan los estereotipos negativos contra los mayores, según un estudio

Cada generación se caracteriza por algo, y las redes están ahí para recordarlo. Los millennials tienen un manejo perfecto de la tecnología, mientras sus padres necesitan tener el brillo de la pantalla y la dimensión de los iconos de las aplicaciones a tope en sus móviles. Unos han dado la vuelta al mundo antes de cumplir los 30 años, los otros tenían un contrato indefinido y una casa en propiedad incluso antes de llegar a esta edad. Lo nuevo contra lo viejo, pero también lo nuevo contra lo más nuevo aún, como los centennials, la más joven de las generaciones catalogadas. Esta diferencia entre grupos de edad es uno de los temas que da mucho pie a los memes en las redes, sobre todo en TikTok, la plataforma de uso mayoritario de la GenZ, donde nació el famoso meme OK, boomer.

Mucho humor, pero también una avalancha de estereotipos que amplían cada vez más la brecha generacional en redes: la mitad de los vídeos publicados en TikTok sobre los hijos del baby boom refuerza los rasgos característicos, tanto negativos como positivos, de esta generación, según un estudio recién publicado.

Aunque el término baby boomer se utiliza desde hace más de medio siglo para identificar a la generación de nacidos después de la Segunda Guerra Mundial, solo en 2019 pasó a ser considerado un insulto, cuando TikTok se llenó de vídeos de adolescentes que con un simple “OK, boomer” ponían un punto y final a los sermones de sus padres. Una frase tajante, capaz de expresar el malestar de los jóvenes hacia una generación que consideran privilegiada, alejada de la realidad e incluso la causa de todos sus problemas, desde el declive de la economía hasta el cambio climático.

“Yo a los 20 años ya había comprado un terreno”, dice un boomer a un GenZ en un vídeo del tiktoker mexicano Brandon Bryler, que en la mayoría de sus publicaciones hace sátira sobre la brecha generacional. “Tu terreno costaba lo que hoy cuesta un kilo de huevos”, responde el joven. “Pagar renta [alquiler] es una pérdida de dinero”, insiste el adulto. “¿Sí, verdad? No es como que lo hagamos porque ustedes compraron todas las casas y las venden a precios de Ferrari”, contesta el chaval, que renuncia a seguir discutiendo una vez que su padre le pregunta cuándo va a tener un hijo.

Los valores y las creencias de los adultos y el antagonismo con los más jóvenes son los estereotipos más presentes en la aplicación de videos en formato corto, según el estudio de esta universidad. Si bien la mayoría de estos contenidos carecen de maldad, no significa que no puedan tener consecuencias negativas sobre los usuarios, ya sean boomers millennials. “Cuando los jóvenes ven vídeos que ridiculizan el edadismo y demonizan los hábitos de los mayores, esto tiene un impacto sobre su salud. Al fin y al cabo, todos estamos destinados a envejecer. Los millennials de hoy son los boomers de mañana”, explica Ng. Por otro lado, si los mayores no encuentran contenidos que reflejan su realidad, seguirán sintiéndose fuera de lugar en TikTok, y, por ende, estarán poco presentes en ella, aumentando aún más el conflicto generacional en la plataforma.

El humor para cuestionar el poder

Lo que uno y otro grupo social entienden como sentido del humor es clave para descifrar la tensión en redes entre diferentes generaciones. “En la actualidad conviven tres culturas humorísticas. El medio oral, representado por los chistes; el gráfico, como las publicaciones de viñetas; y el digital, donde se inserta el humor de esta generación. Lo que hace TikTok es incorporar todas estas características y crear un humor transmedia, que en muchas ocasiones no llega a los adultos”, explica Carles Feixa, antropólogo social de la Universitat Pompeu Fabra.

La anterior generación entiende el intento comunicativo detrás de estos vídeos, pero no siempre. Existe, de hecho, toda una subcategoría de vídeos de hijos que enseñan un meme a sus madres, que no captan la gracia del contenido y se sienten ofendidas. “Para ellos es como aprender un nuevo lenguaje que no es su lengua materna. Así que a veces piensan que los jóvenes les están insultando, cuando lo único que están haciendo es expresarse”, afirma Feixa.

Más que conflicto, el catedrático reconoce la existencia de una brecha que impide una comunicación efectiva entre dos o más generaciones, y que en el caso de los más jóvenes se expresa a través del humor. “Históricamente, es una forma de cuestionar el poder. Las nuevas generaciones se sienten totalmente al margen, sienten que todo el poder político, económico y académico están en manos de los boomers. Y como no lo pueden cuestionar a través de otros medios, utilizan el humor, y lo hacen en un sitio que les pertenece, como viene siendo TikTok”, añade.

Esto no significa que las redes sean la causa de este roce entre grupos de edades diferentes, según Mariano Sánchez, director de la cátedra de Estudios Intergeneracionales de la Universidad de Granada. “Los conflictos entre generaciones han existido siempre. Pero esconden una trampa, ya que parten del presupuesto de que la categorización de generaciones es cerrada, y no es así. Todos somos multigeneracionales, no hay nadie que pueda definirse solamente millennialboomer o Z”, reconoce Sánchez.

De hecho, la realidad es muy diferente al mundo que pinta TikTok. “Estudios y encuestas hechos con muestras representativas demuestran que la población no percibe este conflicto. Aunque tampoco se puede negar que exista frustración por parte de los más jóvenes, que se sienten distintos al resto de la población. Pero esto ha sido así desde siempre, no se limita a las redes. La única cosa que ha cambiado es la difusión y el alcance que a día de hoy tienen estos contenidos”, remata este experto.