Calvin es un joven escritor que ha conocido las mieles del éxito desde su primera novela a los 19 años. Ahora, entre sesión y sesión con su psiquiatra, paseos de su perro y horas de gimnasio con su hermano, no hace nada. No se relaciona con nadie. No escribe. Y no está inspirado. Un sueño nocturno se convierte en el inicio no sólo de una novela, sino de algo más. Parece que su ideal amoroso se ha hecho realidad y se llama Ruby.

 

 

 

Director: Jonathan Dayton, Valerie Faris

Intérpretes: Paul Dano, Zoe Kazan, Annette Bening, Chris Messina, Antonio Banderas, Steve Coogan

Guión: Zoe Kazan

Duración: 104′

Género: Fantástico | Comedia | Drama

Estreno: 26/10/2012

Público: +18

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 1

Acción: 2

Amor: 1

Violencia: 0

Sexo: 1

Crítica:

El lugar común sobre el poder creador de la palabra y el mito de Pigmalión infunden vida no sólo a la protagonista del film, sino a todo el relato de Zoe Kazan, nieta del director Elia Kazan. Actriz y también novia del protagonista (Paul Dano), Zoe se enfrenta a su ópera prima como escritora, con un tono muy metalingüístico, pues forman parte del argumento numerosos aspectos narrativos: la inspiración literaria, lo verosímil en un relato, la suspensión de la incredulidad o la autoría como instrumento de autoafirmación.

Tras las cámaras repiten con Dano, también productor de Ruby Sparks, el matrimonio Jonathan Dayton-Valerie Faris, directores de Pequeña Miss Sunshine. Por eso, todo en Ruby tiene mucho de ambiente de amigos. Y todo eso se nota en su tono entre el drama y la comedia; eso sí menos realista y más onírica que la citada película sobre el certamen de belleza infantil, pero no por eso menos amarga.

Ruby Sparks entra en un territorio interesante, como es la interacción entre lo platónico y lo encarnado. De hecho, lo más intenso del film y lo que realmente resulta más auténticamente dramático son las escenas en las que Calvin se convierte en una especie tirano. Pretende mantener lo platónico como algo de carne y hueso, y también quiere que esa carne y hueso se subyugue a sus deseos platónicos.

Aunque el guión tiene esas puntas fuertes, y refleja a las claras que toda persona quiere ser amada por ella misma, la cinta transcurre con ciertas irregularidades. La trama es prácticamente única y eso provoca un film con falta de contenido dramático, en personajes y subtramas fuertes. Por eso, quizá se confía demasiado en los pasajes románticos y graciosos, filmados con intención lúdica, colorística y algo de videoclip.

Queda así una apuesta sugerente en varios aspectos, pero insatisfactoria en su conjunto. Cuando se habla del ideal, es una pena que no se aborde la cuestión con más hondura y recorrido. Ruby Sparks, que podría haber sido un referente, será solo una historia más referida.

 

Fuente: Lourdes Domingo (www.taconline.net)