Violetta es una adolescente que perdió a su madre cuando era niña y, criada por su padre, Germán, ha crecido sobreprotegida y solitaria. Ahora, ambos regresan a Buenos Aires después de haber vivido muchos años en Europa.

Sin embargo, la vida de Germán y de Violetta está a punto de cambiar por completo gracias a la llegada de Angie. Este nuevo personaje ingresa en la trama como la institutriz y nadie sabe que es, en realidad, la tía de Violetta.

 

 

Mientras la adolescente, animada por su profesora, ingresa en una escuela de canto para recibir clases particulares, Angie desbaratará, sin proponérselo,el engañoso noviazgo entre Germán y la manipuladora Jade.

Studio 21 es la prestigiosa escuela a la que también acuden otros alumnos interesados en la música y el espectáculo. Entre ellos, Tomás y León se disputarán la atención de esta adolescente que se enfrenta, por primera vez, al reto de la amistad y del amor juvenil. Junto a sus nuevos e inseparables compañeros, Francesca, Maxi y Camila, Violetta experimenta los celos y las malas artes de Ludmila y Naty que la hacen el blanco continuo de sus burlas y maquinaciones.

 

Emisión: Estreno en Disney Channel | Lunes | 21:00

Género: Telenovela Juvenil | Comedia | Drama | Musical

Público: Jóvenes

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6)

Humor: 1

Acción: 0

Violencia: 0

Sexo: 0

Crítica:

Violetta es un culebrón al uso que cuenta con elementos ya identificados en otras ofertas similares. Entre Floricienta, Patito Feo y Consentidos se ha refrito esta nueva oferta adolescente de la que se desprenden algunos valores y muchas torpezas.

Empezando por lo bueno, destaca la candidez de la protagonista que, aunque mayor para el personaje que interpreta, no luce el egocentrismo inmaduro de Patito o la pose afectada y victimista de Floricienta y, salvando su pésimo gusto estético, se aleja del salvaje «consumismo-fashion» de los personajes de Consentidos. A esto ayuda el reparto coral, con el que se consigue difuminar el centro de atención; la entrada en escena de otros actores permite que Violetta se libre de una sobrecarga de artilugios decorativos.

También en positivo, se recrea una adolescencia ingenua y alejada de los esperpentos que muestran otras producciones dirigidas a un público de edad similar. La amistad, la sinceridad y la honestidad son la base del fondo trascendente que quiere aportar esta serie, aunque el resultado sea torpe y aturda al intelecto.

La música, como telón de fondo, y la idea de expresarse a través del arte pueden dar una nota de colorido a un argumento que no tiene nada de artístico ni original. Por otro lado, este recurso musical es muy propio de la cadena (Disney Channel), que aprovecha cualquier producto para lanzar nuevas estrellas de celuloide con las que encandilar al impresionable espectador, especialmente al femenino. La calidad de las piezas son comparables a la del serial en cuestión.

Adentrándonos, quizá, en lo más reprobable de esta serie, sobresale la tan extendida preocupación de los guionistas por no hacer pensar a los jóvenes. Para ello, se les atropella la mente con estos productos compuestos por historias planas, conflictos resueltos, diálogos de folletín, personajes sin matices creíbles y gags de circo. En Violetta, el sentimiento del amor es el arma que hace aflorar las emociones y la excusa para atrapar a un público en edad de soñar, sentir, descubrir y desear. Lástima que se haga con tan buenas intenciones pero con tan poca destreza.

En su conjunto, la serie chirría por un exceso de personajes adultos que sobreactúan: son exagerados, disonantes y grotescos. Algún acertado golpe de humor inesperado podría redimir su existencia, pero no son ni los suficientes ni los más ocurrentes. Por su parte, los adolescentes poseen esa carga dramática que quiere hacerlos más maduros que los propios adultos -nada difícil en el caso que nos ocupa- y además, reflejan esa relamida interpretación propia de las telenovelas que caen de lleno en actitudes y en aptitudes horteras y afectivamente inestables.

Violetta es un serial que atrae por su contenido adolescente pero que no ayuda a madurar al joven espectador.

 

 

 

Fuente: Mar Pons (www.taconline.net)