Un spot de la marca de ropa Desigual, famosa por sus agresivas campañas, está causando polémica. Ya se que de eso se trata, que precisamente eso es lo que pretenden, que ese es el objetivo de la publicidad. En 30 segundos se puede ver a una joven sonriente hasta la necedad probándose ropa con un cojín en la tripa, simulando estar embarazada. De pronto coge un alfiler y, sin dejar de reír, pincha unos preservativos: decide unilateralmente que su sueño se cumpla. “Feliz día de la madre”, se puede leer entonces en la pantalla, justo antes de una última frase: “La vida es chula”.

Reconozco que me costó cierto trabajo entender el mensaje del anuncio en cuestión. ¿Si compras ropa de esta marca podrás ser tan idiota como para pinchar unos condones mientras te descojonas de risa? ¿Es Rouco Varela el cerebro de esta transgresora campaña publicitaria? ¿No hubiese sido mejor cambiar la frase final, “La vida es chula”, por otra que diga “La vida es lo que Dios tenga a bien enviarnos”? El colectivo Mujeres de CCOO ha tenido menos paciencia y ha estallado: “Basta de publicidad del siglo XIX. Retirada del anuncio de Desigual por denigrante y sexista, y de toda la publicidad que perpetúa roles y denigran a las mujeres”.

Alan Weisman, periodistas medioambiental de referencia, contaba en una entrevista en El País que “Cada cuatro días y medio, hay un millón de personas más en el mundo. No es sostenible”. Y ofrecía la solución: control de natalidad. Anticonceptivos. “250 millones de mujeres no tienen acceso a ellos, aunque querrían”, asegura el autor del libro “La cuenta atrás” (Debate).

Pues mientras 250 millones de mujeres sueñan con poder utilizar preservativos, con poder controlar la natalidad, en el primer mundo bromeamos con pinchar condones, con el día de la madre y con lo chula que es la vida. Definitivamente, la especie humana es quien impide que este planeta tenga futuro.

Fuente: www.eldescodificador.com