Oliver Byrne (Richard Coyle), periodista gastronómico, está en crisis. A pesar de que su habitual columna en televisión sobre el buen comer y la búsqueda del alma gemela es un “hit”, su vida sentimental es un desastre; un largo listado de relaciones que parecen apetitosas al principio, pero que nunca duran.
Al conocer a Bibiana (Leonor Watling), Comisaria de Arte Español, Oliver siente una insólita e innegable atracción por ella, pese a no tener nada en común. A ella le van las buenas causas, a él la buena comida. Ella es una “kamikaze” en el amor, lanzándose de cabeza a relaciones imposibles, mientras que a él le aterran los compromisos permanentes.
¿Es su romance una receta desastrosa, o ha encontrado Oliver, finalmente, los ingredientes para el amor verdadero?
Director: Teresa de Pelegri, Dominic Harari
Intérpretes: Richard Coyle, Leonor Watling, Simon Delaney, Bronagh Gallagher, Lorcan Cranitch, Ger Ryan, David Wilmol, Ginés García Millán
Guión: Teresa de Pelegri, Dominic Harari, Eugene O’Brien
Duración: 91′
Género: Comedia, Romántica
Estreno: 09/05/2014
Público: +18
Valoración: **
Contenidos (de 0 a 6):
Humor: 5
Acción: 3
Amor: 3
Violencia: 1
Sexo: 4
Crítica:
Teresa Pelegri y Dominic Harari, directores de esta cinta, basan su experiencia como guionistas en varios cortometrajes en los que han unido su singladura. Novios (1999), Sin vergüenza y La isla del holandés (2001) son fruto de su colaboración, pasando por su primer largo Seres queridos y este segundo, que ahora llega a la gran pantalla.
Pese a un inicio francamente optimista en el que la definición de los dos principales personajes es sencillamente prometedora, el guión (que debería ser el plato fuerte de ambos directores) se muestra repetitivo en exceso, mezclándose de forma intermitente contenidos jocosos con criterios formales poco creíbles en su plasmación cinematográfica.
En definitiva, nos encontramos ante un guión asaz desaprovechado ya que, en el fondo, contaba con valores suficientes para un mejor desarrollo final.
El británico Richard Coyle y la madrileña Leonor Watling encabezan con excelente resultado el disparatado libreto en el que se mueven. Su interpretación, sin duda alguna, merece ser destacada con sinceridad. Asimismo la excelente calidad de exteriores urbanos, con la firma del director de fotografía Andreu Rebés, aunque desborden expresividad algunas escenas en las que ambos protagonistas demuestran su amor sin cortapisas.
Amor… desamor… infidelidad… reencuentro. Dos mentalidades distintas en busca de un objetivo idílico de difícil armonía. Y es que el Amor con mayúsculas no es lo mismo que el amor a secas.
Volviendo a la película… Si esta es la segunda, posiblemente a la tercera será la vencida.
Fuente: Joaquín Guitart (www.taconline.net)