Ficha: 103 min. | Deportivo | Biográfico | Drama Público apropiado: Jóvenes Año: 2016 País: Reino Unido, Francia Dirección: Stephen Frears Intérpretes: Ben Foster, Chris O’Dowd, Jesse Plemons, Guillaume Canet, Dustin Hoffman, Denis Ménochet, Laura Donnelly, Lee Pace, Bryan Greenberg, Elaine Cassidy, Lucien Guignard El ciclista norteamericano Lance Armstrong pasa por haber protagonizado el mayor fraude deportivo de la historia. Durante años se sometió a un meticuloso programa de dopaje que le alzó a la más alta cumbre del ciclismo, deporte en donde llegó a ganar siete Tour de Francia entre los años 1999-2005. Pero en 2012, tras muchos meses de investigaciones, le fueron retirados todos sus títulos ganados a partir de 1998 y fue suspendido de por vida por dopaje sistemático. Fue la caída de un icono deportivo de la que el mundo del ciclismo internacional –profesionales, aficionados y opinión pública– aún está intentando reponerse. Ésta es la historia que cuenta con mucha soltura The Program (título que hace referencia a la planificación de dopaje que seguía el corredor), donde el veterano Stephen Frears sabe evitar soflamas latosas e innecesarias sobre sustancias, porcentajes, análisis farmacológicos, etc., aunque algo de esto hay, gracias a un guión accesible a todo tipo de público, de modo que las evidencias de las trampas llevadas a cabo por Armstrong son claras como la luz del día, mostradas en pantalla con implacable contundencia. En este sentido, el director inglés no se anda con chiquitas y desnuda la personalidad de Armstrong como la de un tramposo sin moral, cuya ambición por ganar llegó a rozar lo enfermizo y que le llevó a una espiral de mentiras que arrastró al abismo a muchas otras personas. The Program está basado especialmente en el libro que escribieron en 2004 –por tanto ocho años antes de que sancionaran al corredor– los periodistas del The Sunday Times David Walsh y Pierre Ballester, que contenía algunas entrevistas con conocidos de Armstrong que arrojaban sospechas sobre sus costumbres antideportivas. Y también se han usado los informes de la investigación llevada a cabo por diferentes organismos oficiales, como la USADA (Agencia Antidopaje de Estado Unidos) o la UCI (Unión Ciclista Internacional). Pero el guión de John Hodge (Trainspotting) es inteligente al enfrentarse a tan ingente material, pues elude terrenos pantanosos y escoge lo justo, para centrarse casi exclusivamente en la vida cotidiana del ciclista en época de competición, en sus métodos de dopaje y en sus interacciones con un reducido grupo de allegados (el médico Michele Ferrari, su director de equipo Johan Bruyneel, su compañero Floyd Landis, su abogado Bill Stapleton). De este modo se deja de lado casi totalmente cualquier faceta de Armstrong que haga referencia a su vida privada, y sólo se recrean algunos momentos que dedica a Livestrong, su fundación contra el cáncer, terreno en donde el deportista muestra su lado más humano y solidario. Acierta Frears al adoptar la historia con un estilo que tiene mucho de reportaje deportivo, hay ritmo, imágenes de carreras con look televisivo, ruedas de prensa, etc., pero también, aunque en segundo plano, supone otro homenaje más al periodismo de investigación (como Todos los hombres del presidente o Spotlight), donde se presenta al personaje de Walsh como un adalid de la verdad que se juega su carrera al oponerse a las mentiras de Armstrong. Pese a tratar hechos más o menos conocidos, este enfoque dinámico aporta agilidad a la historia, que se sigue siempre con interés, incluso con un punto de intriga. El reparto que maneja Frears está muy equilibrado, aunque brillan especialmente un estupendo Ben Foster (El único superviviente) en el papel protagonista y Chris O’Dowd (Calvary) en el del periodista David Walsh. Firma: Pablo de Santiago