FICHA:

Director: Jaume Collet-Serra

Intérpretes: Liam Neeson, Genesis Rodriguez, Joel Kinnaman, Boyd Holbrook, Ed Harris, Vincent D’Onofrio, Common

Duración: 114 min.

Público: Jóvenes (V+ D)

Nacido en 1974 en Sant Iscle de Vallalta (Barcelona), Jaume Collet-Serra estudió cine en Los Ángeles, y allí está triunfando desde 2006, cuando logró un enorme éxito de taquilla con su primer largometraje, el notable filme de terror La casa de cera. Después, mantuvo su posición con la producción deportiva ¡Goool 2! Viviendo el sueño y con otro filme de terror, la correcta La huérfana. Finalmente, el cineasta catalán se consolidó en la Meca del Cine gracias a Sin identidad y Non-Stop (Sin escalas), dos trepidantes películas de acción protagonizadas por Liam Neeson, que también encabeza el reparto de Una noche para sobrevivir, definitiva consolidación de este singular binomio creativo hispano-irlandés.

Esta vez, Neeson da vida a Jimmy Conlon, veterano y letal matón de Brooklyn, al que hace años conocían como El Enterrador. Ahora ahoga en alcohol su soledad y los terribles remordimientos que le consumen. Hasta que un día el destino le permite salvar in extremis la vida de su hijo Mike (Joel Kinnaman), que no le hablaba desde hacía años y que trabaja como conductor de limusinas para sacar adelante a su esposa, sus dos hijas y un hijo más que viene en camino. Además, Mike ayuda gratuitamente en un gimnasio como entrenador de boxeo de chavales huérfanos. Pero, para salvar a su hijo, Jimmy ha tenido que matar al hijo de su antiguo jefe, Shawn Maguire (Ed Harris), que también es su mejor amigo desde la infancia. Y Shawn no perdona.

Y esta sinopsis pone de manifiesto la escasa originalidad narrativa de Una noche para sobrevivir, intensa historia de venganza y redención, similar a las que el propio Neeson ha desarrollado en su trilogía Venganza. Sin embargo, el guion de Brad Ingelsby subraya muy bien los conflictos morales de los personajes, especialmente en la primera mitad del filme, dotada de una fuerza y fluidez llamativas. También ayudan la excelente labor de todo el reparto —sin fracturas— y la nada rutinaria puesta en escena de Collet-Serra, generosa en encuadres y movimientos sugerentes, con una impactante fotografía de Martin Ruhe e igual de eficaz en las secuencias de acción —algunas muy espectaculares— que en los pasajes más íntimos. ¿Que ya nos han contado mil veces esta historia hiperviolenta y malhablada? Pues sí, pero sigue funcionando y, en este caso, resulta entretenida, emocionante —incluso conmovedora— y certera en su crítica a la violencia y en su luminosa visión de la familia, el sentido de culpa capacidad redentora del amor y la grandeza del perdón.

 

Firma: Jerónimo José Martín