El pasado 29 de abril, iCmedia participó en el evento online sobre tecnología y la crisis del coronavirus organizado por el Foro Europeo de Internet. El evento contó con la visión de actores clave como Cecilia Bonefeld-Dahl (directora general de DIGITAL EUROPE y miembro del comité del Foro Europeo de Internet) y Joakim Reiter (director de asuntos exteriores del grupo Vodafone).
La crisis causada por el COVID-19 ha sido un hito en la historia de la humanidad. Para poder contrarrestar los diversos efectos del virus, la tecnología ha sido una gran aliada. Concretamente, los recursos digitales nos han ayudado a salvar vidas humanas haciendo posible el teletrabajo y el comercio electrónico. Además, la tecnología ha mejorado nuestra comprensión sobre la pandemia global gracias al análisis de los datos sanitarios realizado por la inteligencia artificial. Más aún, gracias a los recursos digitales podemos optimizar los flujos de tráfico, mejorar nuestro sector logístico y, consecuentemente, nuestras cadenas de suministro, asegurando de esta manera que los envíos de bienes clave siguen siendo posibles durante la crisis (por ejemplo, material sanitario).
Para lidiar con esta coyuntura sin precedentes, necesitamos una solución a nivel europeo. Mediante el trabajo en equipo, la Unión Europea sería capaz de fortalecer el nivel de digitalización de nuestras empresas, ya que necesitamos un comercio electrónico con una infraestructura sólida para sobrevivir a la crisis que se avecina. Concretamente, la UE debe lidiar especialmente con las PYMES, ya que su carencia de recursos las coloca en una posición más vulnerable. Particularmente, van a necesitarse complementos salariales para compensar tanto a empleados como empleadores debido a la ausencia de demanda y a la imposibilidad para trabajar.
En consecuencia, la UE debe establecer objetivos a corto y a largo plazo para afrontar esta situación. Por ejemplo, la UE debe asegurar que la educación sea viable durante la cuarentena, en otras palabras, la digitalización del sector educativo es prioritaria. Desafortunadamente, esta crisis ha evidenciado la brecha digital entre europeos, resultando en una educación deficiente para niños vulnerables sin acceso a Internet ni a dispositivos digitales. Además, los profesores adolecen de una carencia de competencias digitales que debe ser abordada para la implementación de los recursos digitales en educación.
Para poder afrontar la próxima crisis, DIGITAL EUROPE aconseja la adopción de tres recomendaciones. La primera es respuesta, lo que significa que aquellos objetivos que necesitan una actuación prioritaria, como un apoyo financiero para las PYMES, asegurar la libre circulación de recursos TIC y garantizar un apoyo específico a los trabajadores de mantenimiento. La segunda recomendación es recuperar, lo cual podría llevarse a cabo con la implementación de aplicaciones que muestren los datos sanitarios realizando un rastreo del COVID a la vez que se facilitan soluciones para realizar un trabajo a distancia de forma segura. La tercera y última recomendación es reinventar, la cual se centra en soluciones a largo plazo tales como aumentar la inversión en digitalización en el siguiente presupuesto europeo sin olvidarse de implementar paquetes de incentivos para promover la implementación del acuerdo ecológico europeo.
Antes de finalizar, es importante hacer una mención especial al sector de las telecomunicaciones. La UE debe asegurar un funcionamiento adecuado de sus redes, especialmente en sectores críticos para el buen funcionamiento del gobierno como sanidad. Además, la UE debe mejorar la divulgación de información entre la población y facilitar el teletrabajo siempre que este sea posible. Como añadido, existe la necesidad de mejorar y expandir nuestras redes de telecomunicaciones además de acelerar la implementación de las redes 5G, lo cual resultaría en una mejor visión de los flujos de personas en las zonas afectadas.
Como conclusión, el COVID nos ha obligado a centrarnos en las áreas clave. Por lo tanto, para dar una rápida respuesta, la UE debe crear una regulación transfronteriza, ya que tanto los países como las empresas deben permanecer conectados durante esta crisis, identificando una serie de objetivos clave que aborden las necesidades de nuestra sociedad y economía, invirtiendo por tanto en la buena dirección.