Tomates verdes fritos (1991)

Mujeres coraje

Film que fue un éxito relativamente inesperado en taquilla, pese a basarse en una novela de Fannie Flagg candidata al Pulitzer. La misma autora firmó el guión, que bascula entre dos historias que discurren en el Sur de Estados Unidos. Una, actual, afecta a Evelyn Couch, anodina ama de casa, acostumbrada a ser ignorada por su tosco marido, quien conoce casualmente en una residencia de la tercera edad a la fascinante Ninny Threadgoode, una anciana que vive allí, y con la que simpatiza enseguida. Ninny deja a Evelyn con los ojos como platos contándole entretenidas anécdotas de las andanzas juveniles, tiempo atrás, de dos mujeres muy amigas: Idgie y Ruth. El relato, mostrado a lo largo de varios flash-backs, cambiará la vida de Evelyn.

Una película femenina, pero que gustará a cualquiera con un mínimo de sensibilidad, y en definitiva a todo el que conozca el significado verdadero de la palabra ‘amistad’. Porque de eso trata en definitiva este film, más allá de la parte de intriga, que figura en la frase promocional de doble sentido ‘¿El secreto de la vida? ¡El secreto está en la salsa!’. Se nos habla de una doble amistad, en el presente y en el pasado. Esa capacidad de compartir penas y alegrías con otra persona, manifestada en el grito de guerra, que muestra complicidad, ‘¡Towanda!’, ayuda precisamente a sobrellevarlas y a gozarlas mejor. Amistad, amor… en los que hay un tiempo para llorar –muchas desgracias sacuden a las protagonistas– y otro tiempo para reír –Evelyn aparcando a la puerta de un centro comercial, por ejemplo. También se nos habla de la posibilidad de cambiar: Evelyn es capaz, como dice a su esposo, de mirarse un día al espejo y reconocer que no le gustó lo que vio. ‘¿Sabes entonces lo que hice?’, le pregunta. ‘Cambié.’

El neoyorquino Jon Avnet no se ha prodigado mucho en la dirección. Ha producido muchos filmes (como Sky Captain y el mundo del mañana), pero sólo ha dirigido pocos largos. Aparte de Tomates verdes fritos, el mejor sin duda, es director de The War (La guerra), un título interesante, y de El laberinto rojo e Íntimo y personal, que dan menos de lo que prometen. Aquí contó con una historia entrañable, y supo llevar todos los sentimientos citados a la pantalla. Conserva ese indefinible romanticismo sureño, y cuenta con cuatro grandísimas actrices: Jessica Tandy (ganadora del Oscar por Paseando a miss Daisy), Kathy Bates (que tiene el mismo galardón por Misery), Mary Stuart Masterson y Mary-Louise Parker.