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Anna es una joven novicia que, en la Polonia de 1960 y a punto de tomar sus votos como monja en el convento donde ha vivido desde que quedó huérfana, se entera de que tiene una pariente viva a la que debe visitar. Es Wanda, la hermana de su madre. Ambas se embarcan en un viaje de retorno al pasado. Pero Anna averigua que su tía no solo es una antigua abogada del régimen comunista, con un historial terrible, sino que además es judía; que ella también lo es y que su verdadero nombre es Ida, y que debe elegir entre su identidad natal y la religión que la salvó de la masacre…

Director: Pawel Pawlikowski

Intérpretes: Agata Kulesza, Agata Trzbuchowska, David Ogrodnick, Jerzy Trela, Adam Szyszkowsky, Halina Skczynska, Joanna Kulig

Guión: Pawel Pawlikowski, Rebecca Lenkiewicz

Duración: 80′

Género: Drama

Estreno: 28/03/2014

Público: +18

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 2

Amor: 0

Violencia: 3

Sexo: 1

Crítica:

Pawel Pawlikowski, director y guionista de este film, polaco de nacimiento, aunque afincado en el Reino Unido desde los 14 años, comenzó su carrera cinematográfica con un variado número de documentales para la BBC, con los que llegó a conseguir un Emmy International. En 1998 pasó a la ficción con el telefilm Twockers que escribió y codirigió. Y posteriormente realizóLast resort y My summer of love, por los que recibió sendos Bafta’s, entre otros premios.

Ida es, en su contexto, un regreso a los orígenes, sobre la urgente necesidad de conocer a fondo procedencia, entorno y consecuencias, antes de tomar una decisión que pueda dar un nuevo sentido a la vida de una persona.

Pawlikowski, pese a haber desarrollado la mayor parte de su carrera fuera de su país natal, demuestra, sentimentalmente, también aquella necesidad de plasmar, aunque sea con breves retazos, una realidad ahora ya lejana, pero que formó parte de aquellos dramáticos años en los que el Holocausto destrozó tantas y tantas familias En el fondo, volver también a sus orígenes, como la propia protagonista de la cinta.

Para ello ha prescindido del color, al filmar este título en austero blanco y negro y enmarcarlo en un formato visual cuadrado. Esta simplificación consigue un cierto dramatismo que envuelve, en su conjunto, al carácter retrospectivo del guión. Lástima que este especial empeño en la forma, le haya hecho obviar la auténtica definición de los personajes de la cinta, tanto por lo que se refiere a su interior como a su auténtica expresión física.

Anna (o Ida, después), pendiente de la decisión que puede cambiar su vida, cede la mayor parte del protagonismo a su tía, Wanda, una mujer con un oscuro pasado político. Y aunque ésta sea la única puerta que pueda abrir su pasado, será también el determinante efecto que definirá la nueva y positiva configuración de su nueva existencia

En el fondo, (permítaseme la licencia) una película de Ida… y vuelta.

 

Fuente:  Joaquín Guitart (www.taconline.net)