Chloe es una joven ginecóloga que se ocupa de mujeres embarazadas bajo la supervisión de Michael, un médico francés, en un ambulatorio improvisado en un campo de refugiados de Cisjordania.

Debe enfrentarse a diario a los controles y al conflicto que afectan a la vida de las personas que conoce: Rand, una paciente por la que Chloe siente un profundo afecto; Faisal, el hermano mayor de Rand, un fervoroso resistente; Safi, el hermano pequeño de ambos, un niño destruido por la guerra que sueña con cruzar las fronteras volando, y Ava, una joven soldado y vecina de Chloe en su piso de Israel.

Su encuentro con la guerra lleva a Chloe a una aventura profundamente personal. Desarraigada, pierde el rumbo e inicia una caída libre.

 

Director: Anaïs Barbeau-Lavalette

Intérpretes: Evelyne Brochu, Sabrina Onazani, Yousef Sweid, Silvan Levy, Hammoudeh Alkarmi, Zorah Benali, Carlo Brandt

Guión: Anaïs Barbeau-Lavalette

Duración: 101′

Género: Drama

Estreno: 07/05/2013

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 3

Amor: 0

Violencia: 4

Sexo: 0

Crítica:

La canadiense Anaïs Barbeau-Lavalette, guionista y directora de esta película, con gran ascendiente en el mundo del arte en su país –es a la vez escritora y actriz de teatro- suele colaborar decididamente en temas reivindicativos de la paz y los derechos humanos. Y este film denuncia uno de los muchos enfrentamientos en los que raza y territorio, desde hace años, son noticia diaria en gran parte de la prensa mundial.

La secular tensión entre ambos países, a menudo con dramáticos sucesos sangrientos, pone infranqueables trabas a muchos de los hombres y mujeres que, viviendo en uno u otro lado de la frontera, tienen su puesto de trabajo en el otro opuesto.

A la actriz Evelyne Brochu le ha correspondido un difícil reto en el papel de Chloe, la doctora que divide su vida privada y la laboral entre ambos lados. La sensibilidad aflora en cada uno de sus gestos y matices, que recubre de profundo dramatismo al intentar integrarse con decisión en las profundas diferencias raciales que la rodean.

A cámara en mano se nos muestra a rachas el controvertido escenario en el que se desenvuelven gozos y miserias, actitudes y retos, siempre a la espera de una chispa que avive la confrontación. Esta circunstancia, quizás para situarnos anímicamente en el centro del polvorín, convierte a veces el relato en minucioso reportaje, aislando la comprensión de los verdaderos problemas psíquicos que afectan a cada uno de los protagonistas del drama; algunos de ellos bastante incomprensibles y diluidos, tanto por identificación de territorio como por la propia imagen del personaje.

En resumen, Inch’Allah, distinguida con el Premio del Jurado (Mención Especial) en la Berlinale 2013, sigue mostrando a la luz la triste historia, tantas veces repetida en nuestro mundo, de la absurda incomprensión entre seres humanos, hombres y mujeres de todas las razas y nacionalidades, en los que ni la ternura, ni el amor, ni la reflexión sirven de paliativo. ¡Quizás algún día!…Ojalá.

 

 

 

Fuente: Joaquín Guitart (www.taconline.net)