Instagram ha hecho saltar la alarma al anunciar una versión para menores de 13 años

Los padres de hoy tienen que enfrentarse a algunas situaciones que no se habían producido hasta ahora, por ejemplo ‘lidiar’ con las redes sociales. Un arma de doble filo: socializan sí pero entre solicitudes de amistad e intercambio de fotos, irrumpen comentarios agresivos, insultos, mentiras e incluso amenazas. De ahí que estas plataformas exijan una edad mínima para sus usuarios, que rondan los 13 o 14 años, e incluso los 16 años en el caso de WhatsApp. Esa es la ley, la teoría. La realidad, que muchos niños menores de 13 años se abren perfiles. ¿Cómo? Simplemente mintiendo sobre el año de nacimiento. Según un sondeo de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios, el 68% de los niños entre 10 y 12 años tienen cuenta en redes sociales. Y el 23,7% de los adolescentes tiene esos perfiles públicos, de forma que cualquiera puede ver lo que publican, en muchas ocasiones con el beneplácito de sus progenitores. En concreto, un 53,5% de los padres que han respondido al sondeo afirma saber qué redes usan sus hijos, mientras que un 12,5% no las controla. ¿Qué lectura hacen de estos datos los expertos?

CONSEJOS PARA PROTEGER A LOS MENORES

La edad, mejor, más tarde:
Intentar retrasar la entrada de los menores a las redes sociales (hoy son 13 o 14 años en la mayoría) para que cuando lo hagan tengan la mayor cantidad de herramientas de autoprotección.
Acompañados:
Es necesario que cuando empiecen a socializar a través de las redes sus figuras de referencia, sus padres, hermanos mayores, etc estén presentes para que les ayuden a filtrar y relativizar todo lo que se van a encontrar: aprobación a su comentarios, desaprobación y críticas y no sean tan vulnerables a los ‘like’ y ‘dislike’.
Privacidad:
Sobre todo a los más pequeños puede que les cueste entender que lo que suben es público y que cualquiera puede acceder, por tanto, a estos contenidos. Hay que asesorarles y explicarles que sus cuentas deben ser privadas para que ellos sepan quién ve los contenidos que suben y se aseguren de que no hay desconocidos.
Los comentarios:
Sin el asesoramiento y supervisión paternos, los chavales que empiezan a manejarse en las redes sociales pueden caer en la tentación de ampararse en el anonimato para atacar a otros usuarios o descalificarles. Es fundamental transmitirles las reglas del juego y de la convivencia ‘online’ civilizada.

La psicóloga y psicoterapeuta de niños y adolescentes María Bilbao Nogueira considera que las redes sociales, como espacios de relación que son, deben hacer distinciones en función de la edad, e insiste en que los menores se relacionen con personas de su edad, «y por tanto, de su misma etapa madurativa». «Al igual que no dejaríamos a un niño o niña solo en mitad de la calle con personas adultas y desconocidas, hay que cuidar las redes para que se eviten contactos y relaciones para las que no están preparados».

La alarma de Instagram

¿Qué riesgos son esos?: contactos con adultos o adolescentes mayores, intercambio de imágenes o vídeos de contenido sexual, acceso a imágenes o vídeos que contienen violencia y posibles engaños o chantajes.

Las redes sociales más usadas por los menores de 20 años, según el sondeo, son WhatsApp (91,5%), Instagram (90,6%), YouTube (83,5%), Tik tok (69,2%), Twitter (54,1%) y Twitch (40,2%). ¿Qué hacen sus ideólogos para proteger a los menores?

YouTube, por ejemplo, ya hace años que tiene una variante, YouTube Kids, un entorno seguro para que los más pequeños puedan navegar sin acceder a contenidos inadecuados. Para ello, utiliza filtros automáticos, a los que se suma la revisión humana y los comentarios de los padres, que pueden elegir el contenido específico al que tienen acceso sus hijos. Recientemente YouTube ha anunciado que creará la opción de que los menores de 13 años puedan explorar la red con una cuenta supervisada por adultos.

Algo similar está ideando Instagram, que ha encendido el debate y ha hecho saltar las alarmas al anunciar que tiene previsto sacar una versión para menores de 13 años en la que los padres tendrán el control. Facebook, la empresa propietaria de la red social basada en fotografías, parece estar tomando como modelo Messenger Kids, una versión de la ‘app’ de mensajería pensada para niños de entre 6 y 12 años que no está disponible en España y que ha recibido severas críticas por la cuestión relacionada con la privacidad. Instagram ha puesto a trabajar en este proyecto a Adam Mosseri, director de la empresa, y a Pavni Diwanji, vicepresidente, que se encargó de YouTube Kids durante su etapa en Google. Todavía no se conocen muchos detalles del proyecto, aunque sí se saben algunas líneas en las que va a trabajar Instagram: utilizar aprendizaje automático para determinar que la edad que ha indicado el usuario se corresponde con la real o impedir que los adultos envíen mensajes a los menores de 18 años que no les sigan e impedir que los mayores de edad encuentren a usuarios menores por esta red social. Uno de los riesgos que más preocupan. Y un riesgo real, cpomo avalan varios estudios. El ‘The Digital Lives of Aussie Teens’, publicado en febrero por el gobierno australiano, revela que el 30% de los adolescentes de ese país usuarios de redes sociales había sido contactado por un desconocido y el 20% había recibido contenido inadecuado.

«La idea de cómo deben ser los cuerpos»

«Todas las herramientas que se puedan implantar en estas redes sociales o en cualquier dispositivo y que puedan ayudar a evitar ese tipo de contactos, son útiles», afirma Bilbao Nogueira, pero advierte de que no son suficientes, ya que hay aspectos de las redes sociales» que van más allá de la seguridad: «la idea de cómo son las relaciones sociales, la imagen de cómo deben ser los cuerpos, etc.». Esto es especialmente relevante en el caso de Instagram, donde el énfasis, destaca la experta, se pone en la imagen y en la popularidad (las reacciones de otros usuarios ante la fotografía). «Las imágenes y los perfiles de instagramers o youtubers en general hacen pensar en vidas idílicas y cuerpos normativos. Aunque si nos paramos a pensar un momento sabemos que esto no es real, hay muchas personas adultas en consulta que sufren al compararse con las publicaciones de las redes sociales», afirma la psicóloga. El niño construye durante la infancia la imagen que tendrá del mundo, po lo que «es importante que no piensen que eso es lo normal, porque se dolerán de que sus vidas o sus cuerpos no sean como los que los instagramers muestran». Para Bilbao Nogueira no son adecuadas iniciativas como las de crear un Instagram para menores de 13 años porque «reducen la posibilidad de que se les pueda capacitar para hacer un uso adecuado de las redes sociales».