Becky Fuller, joven productora de un telediario local, que tras perder su empleo tiene la suerte –dudosa suerte– de ser contratada para impulsar el programa Daybreak, colista de los informativos matutinos nacionales.

Director: Roger Michell

Intérpretes: Harrison Ford, Rachel McAdams, Patrick Wilson, Diane Keaton, Jeff Goldblum.

Guión: Aline Brosh McKenna.

morninglory1Duración: 110 minutos.

Género: Comedia

Estreno en cines

Público: Jóvenes.

Valoración: *

Contenidos (de 0 a 4): Humor 2, Acción 0, Amor 1, Lágrimas 1, Violencia 0, Sexo 1

Crítica

Becky, incorregible optimista, asume el reto sin saber las dificultades que le aguardan: tiene que hacerse con una plantilla desmoralizada y poco competitiva –buena escena la del primer encuentro con su equipo–; y para atraer audiencia, obliga a Mike Pomeroy, leyenda del periodismo, a unirse a los suyos en calidad de presentador del programa. Pomeroy es un engreído insoportable que odia la televisión de bajo nivel, como es, a su juicio, Daybreak.

Morning Glory no es una gran película: es un simple divertimento que viene de la misma pluma que escribió el guión de El diablo viste de Prada, con la que tiene muchas similitudes. La película sale bastante bien parada gracias a la presencia de Rachel McAdams, reina de la función, que lleva la comedia en volandas de principio a fin, siempre sonriente, siempre confiada, mezcla de fragilidad y talento, capaz de superar todas las dificultades y de enfrentarse a propios y extraños. Harrison Ford, actor de registro limitado, logra crear un personaje convincente y mostrar que su poco expresivo ogro tiene corazón; y Diane Keaton, su alter ego femenino, se enfrenta a todas las situaciones con una luminosa sonrisa.

No es profunda, no se acerca a la realidad ni a los problemas de la televisión o de los espectadores, se mantiene en el terreno de la sitcom, y se puede ver con agrado.

Fuente: Fernando Gil-Delgado (Aceprensa, 29 Diciembre 2011)