Secuestro en el aire (2023)
Control
Miniserie narrada en tiempo real, las 7 horas de duración del vuelo KA29, un avión repleto de pasajeros viaja de Dubay a Heathrow en Londres. Una jovencita descubre un casquillo de bala en el baño, lo que adelanta los planes de un grupo de terroristas para secuestrar el aparato y hacerse con su control. Pero entre los viajeros se encuentra el misterioso Sam Nelson, un tipo que conserva la sangre fría en todo momento, incluso cooperando con los captores, lo que indigna a otros pasajeros. Pero puede que su actitud sea la más inteligente para salir con vida de la situación límite en que se encuentran.
George Kay y Jim Field Smith han colaborado en miniseries la mar de interesantes como son Criminal y Litvinenko, además de que el primero está detrás de la popular Lupin, que curiosamente también tiene un protagonista negro de gran altura, Omar Sy; y es que en la que nos ocupa es Idris Elba quien da vida con talento al misterioso Nelson, siendo el actor más reconocible, el resto del reparto lo hace bien y suenan las caras, como es el caso de Ben Miles, el piloto Robin, Neil Maskell, el líder de los secuestradores.
Podría pensarse que a estas alturas en las tramas de secuestros en el aire ya está todo inventado. Tal vez sí… o tal vez no. Desde luego, lo demuestra esta miniserie, se puede ser un poco original y romper el saque. Porque Kay y Smith logran alimentar la intriga al no especificar desde el principio los motivos que mueven a los secuestradores, de modo que no sabemos si son islámicos extremistas suicidas, o bien tienen otros móviles para hacer lo que hacen. Y de Nelson uno podría de entrada creer que es un policía, pero no lo parece, y tampoco sabemos, pues, de donde le vienen las cualidades que hacen que parezca que controla más situación que los propios terroristas.
Por supuesto, gran parte de la narración transcurre en el avión, donde se nos presentan a distintos pasajeros, una familia con dos niños, una señora soltera un poco quejica, tres deportistas, un sacerdote y su esposa, a miembros de tripulación y a los captores. Pero hay más vida, fuera del avión, en los aeropuertos de origen y de destino, y alrededores, y en los puntos que sobrevuelan en su ruta, donde notan que algo extraño sucede, aunque no tienen claro el qué. Luego está la ex mujer de Nelson, que tiene nueva pareja, un policía, y su hijo, que reciben un lacónico mensaje de texto en el móvil que habla de incidente grave en el avión. El caso es que se despliegan con habilidad las piezas del puzzle, dosificando con inteligencia la información, y manteniendo el suspense todo el tiempo. Una posible rebelión abordo, la colaboración del piloto, la comunicación de Sam con éste mediante un ingenioso método… Todo contribuye a que el espectador desee permanecer ante la pantalla, 7 horas si pudiera, para llegar a destino sano y salvo.