Creadora: Sarah Polley, basad en la novela
Intérpretes: Sarah Gordon, Edward Holcroft, Rebecca Lidiard, Zachary Levi, Anna PaquinDuración: Miniserie de 6 capítulos de 45 minutos
Emisión en España: Netflix Público adecuado: +18 años (XDV) Calificación: 7/10Cara de ángel
Si hay algo valioso en esta serie es el comienzo. Vemos a la protagonista, una criada con cara inocente mirando al espejo. Su voz en off nos introduce en la gran premisa de esta ficción: ¿Es verdaderamente esta doncella una brutal asesina? A lo largo de un extenso interrogatorio iremos dudando sobre quién es ella y qué parte de su historia es real. Esta ficción canadiense es un verdadero placer visual. La fotografía, las localizaciones, la decoración de interiores y el uso de una paleta muy variada de colores hace que cada plano sea una obra de arte. También la música de los hermanos Jeff y Mychael Danna (éste último ganador de un Oscar por la banda sonora de La vida de Pi) contribuye a crear una atmósfera preciosista que contrasta con la crueldad del asesinato que se investiga. Para rematar la delicadeza de cada capítulo, se cierra con una magnífica canción a capela: Let no man steal your thyme interpretada por Anne Briges. La historia que cuenta esta serie esta basada en un caso real novelado por Margaret Atwood, famosa por sus best sellers protagonizados por mujeres oprimidas. De esta misma escritora hablamos hace unas semanas, con motivo de la adaptación de la sobrevalorada y maniquea El cuento de la criada. Comparando estas dos series, Alias Grace tiene a su favor que los personajes están mejor desarrollados, más matizados, a pesar de que hay varias tramas secundarias esbozadas con torpeza. La guionista de la serie es la actriz canadiense Sarah Polley, maravillosa como protagonista de algunas las mejores películas de Isabel Coixet (La vida secreta de las palabras, Mi vida sin mí). Su carrera como directora y guionista no ha acabado de ser satisfactoria con títulos como Lejos de ella o Take this waltz, pero en Alias Grace hace un trabajo notable que hace interesante la trama y los personajes. Como le sucede en otras ocasiones, los conflictos están mejor planteados que resueltos. Se echa en falta una mayor profundidad y desarrollo de la psicología de los personajes masculinos que caen con cierta facilidad en un cierto prototipo algo caricaturesco de hombres hipersexualizados, carentes de sensibilidad y generosidad. Un clásico en este tipo de series, que aquí al menos está algo mejor disfrazado que en otras ocasiones. Hay algunas escenas muy desagradables de violencia innecesaria y excesiva. Desconcertante en una serie que en casi todos los tramos es delicada y elegante. Esos brotes de gore no aportan nada nuevo a la historia y no hacen más que alejar al espectador sensible a unos contenidos tan truculentos. Lo mejor de la serie es la interpretación de la canadiense Sarah Gordon que compone un gran personaje. Grace es decidida y vulnerable, inocente y perversa, inteligente y reservada. Una perfecta combinación para poder engañar a todo el mundo con sus diferentes registros. Esta actriz llevaba más de 20 años haciendo series de televisión pero sin duda ésta ha sido su gran oportunidad y no la ha desaprovechado. Próximamente podremos verla con Natalie Portman en La vida y muerte de John F. Donovan, última película de Xavier Dolan (Mommy).Claudio Sánchez