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Esta noche Cuatro pierde una oportunidad de hacer televisión de calidad con la emisión de la serie Spartacus. Lo que podría ser una serie de acción, basada en una historia de amor, se convierte en una espectáculo zafio, de mal gusto, en el que la sangre y los placeres carnales son el argumento principal y  en dónde predomina un lenguaje burdo y soez, sin ningún tipo de freno hacia la decadencia humana.

¿No es posible dar a conocer la sociedad romana sin caer en la vulgaridad?

Creo que tenemos ejemplos de ello. Sin ir mas lejos, Ridley Scott, director de la película Gladiator, nos lo mostró hace ya unos años. En dicha superproducción la trama era parecida, o mas bien idéntica, en la que un hombre de honor se ve forzado a la esclavitud como gladiador y desde esa posición intentar hacer justicia contra los crímenes de los romanos. La diferencia entre ambas producciones es que una tiene clase y la otra no.

Spartacus es una serie que hiere la sensibilidad del espectador. Las escenas de acción pierden todo su mérito poniendo a la sangre como elemento central y dónde se nos enseña un amor en el que la carne es su única dimensión, llegando incluso a un burdo erotismo.

Firma: Joseba Martinez ( 23 febrero 2011)