Lleva años haciéndose pasar por esa chica llana del barrio de San Blas. Pero se acabó la farsa, Belén. Antes se coge a una mentirosa que a una coja (o a una persona con una movilidad reducida, queríamos decir). Gracias a nuestro concienzudo periodismo de investigación, hoy descubrimos la verdadera identidad de Belén, su verdadero rostro.

Belén Esteban se llama en realidad Paloma Covadonga y nació en la madrileña calle Goya, siendo por tanto una pija de Serrano que te cagas. Su vida transcurría como la de todas las pijas del barrio de Salamanca: esquiando, estrellando coches deportivos, teniendo flirts, matriculándose en mil carreras diferentes. Todo empezó una tarde en que, como de costumbre tomaba el té con sus amigas de la cafetería california y se puso a imitar a la camarera, que ésa, la pobre, sí era una chica de San Blas. Las amigas celebraron con entusiasmo aquella broma cruel: “Jo, es que lo bordas, tía”, “Genial, es que me parto el culo, o sea”. Y le animaron a presentarse a un programa de televisión. Digamos que Paloma Covadonga creó su personaje: Belén Esteban. Y, como ocurre a menudo, fue engullida por él. Luego se casó con Jesulín por ganar una apuesta a sus atorrantes amiguitas. Vivían del jijijí, jajajá.

El resto ya es de todos conocidos. El personaje se le ha ido de las manos, ya es demasiado tarde para volverse atrás. Y ahí la tenemos ahora, fingiéndose una castiza, siempre con el temor de que entretanto “¿vale?” y “amos, anda”, un día se le escape su verdadero “te lo juro por Snoopy”.

Fuente: Iñaki Berrio (Diario Vasco, 4-11-10)