Ficha:
127 min. | Comedia | Tragicomedia | Drama
Público apropiado: Jóvenes
Año: 2015
País: Bélgica, Francia, República Checa
Dirección: Xavier Giannoli
Intérpretes: Catherine Frot, André Marcon, Denis Mpunga, Michel Fau, Christa Théret, Sylvain Dieuaide, Aubert Fenoy, Sophia Leboutte, Théo Cholbi, Astrid Whettnall
Marguerite Dumont, baronesa parisina, vive en su chateau del campo con su marido y sus sirvientes. Corren los años posteriores a la I Guerra Mundial y para ayudar a los damnificados en el conflicto ella suele organizar veladas musicales para amigos y aristócratas. Allí acuden cantantes de renombre. Sin embargo, la anfitriona es la estrella final, cuando aparece para interpretar arias de óperas famosas… Pero Marguerite ignora que desafina horriblemente y, bajo los aplausos hipócritas de los invitados, sus actuaciones son recibidas entre risas, como un espectáculo de feria. Lo peor es que Marguerite está decidida a ser cantante profesional.
El director francés Xavier Giannoli (Chanson d’amour) se inspira al parecer en hechos reales para entregar una tragicomedia en el sentido literal del término, es decir: una situación tan ridícula e incómoda que provoca hilaridad acaba desmadrándose tanto que se convierte en una verdadera tragedia. Una vez presentado el planteamiento, el guión no hace sino profundizar cada vez más en tan insólita situación, de modo que la farsa se va alargando en el tiempo, con la complicidad de cuantas personas acompañan a madame Marguerite, una mujer de infantil ingenuidad, al parecer incapaz de darse cuenta de la realidad.
Dentro de la sociedad hipócrita y aduladora pintada por Giannoli, está bien retratado el débil marido, preocupado por la bola de nieve que se ha ido generando en torno a su esposa –de la que por supuesto es el principal responsable–, pero incapaz de detener la delirante “carrera” de su mujer por convertirse en estrella de la ópera. También tiene especial peso el sirviente Madelbos, aunque no funcionan tanto algunos otros personajes que resultan ambiguos en sus intenciones y no adquieren el peso que prometían, como el periodista Lucien (Sylvain Dieuaide) o la joven cantante Hazel (Christa Theret).
Destacan la cuidada producción, esmerada en la ambientación de los años veinte, y por supuesto algunos momentos especialmente graciosos, como la primera aparición de Marguerite en la velada musical de su casa, de un estupor extraordinario. Y también tiene verdadera gracia la primera audición a la que asiste el epatado profesor de ópera “designado” para llevar a su pupila hasta los escenarios parisinos. Como es habitual en ella, la actriz Catherine Frot (Odette, una comedia sobre la felicidad) hace un correctísimo trabajo; su rostro dulce, de aire despistado, cuadra perfectamente con su personaje y su composición aporta la vulnerabilidad adecuada para generar unos sentimientos ajenos que se convertirán en un arma de doble filo.
Firma: Pablo de Santiago