Ficha: 114 min. | Drama Público apropiado: Jóvenes Año: 2015 País: Francia Dirección: Christian Carion Intérpretes: August Diehl, Olivier Gourmet, Mathilde Seigner, Alice Isaaz, Matthew Rhys, Joshio Marlon, Thomas Schmauser, Laurent Gerra, Jacques Bonnaffé, François Godart II Guerra Mundial. En mayo de 1940 los alemanes comienzan la invasión de Francia. El pánico ante la llegada de los nazis obliga millones de personas a abandonar sus casas, sus cosechas, sus trabajos, para buscar refugio en el sur. Masas ingentes de personas, cargadas de enseres, viajan caminando por carreteras, senderos y caminos rurales. Entre ellas los habitantes de una pequeña población cercana a Arras, guiados por el alcalde. Con ellos viaja un chaval alemán, cuyo padre ha quedado atrás pues estaba preso en la cárcel. Tras Feliz Navidad y El caso Farewell, el cineasta francés Christian Carion vuelve a narrar una historia del pasado, dura y delicada a la vez, inspirada en hechos reales y que nos lleva de nuevo a territorio bélico, esta vez a los comienzos de la II Guerra Mundial. En Mayo de 1940, Carion sabe de lo que habla: su madre formó parte del éxodo que se narra en el film, y numerosas escenas que recoge el guión las escuchó el propio director de primera mano, tanto de labios su madre –que en el momento del estreno de esta película contaba 91 años– como de los de las gentes de aquella zona septentrional francesa, donde se crió Carion. Hay mucha sensibilidad en el relato de Carion, una especie de ‘road movie’ rural en ambiente hostil, en donde se pone una especial atención a la belleza de los parajes en medio de la tragedia, a la luminosidad de los campos –aquel mayo fue el más cálido que se recuerda en el norte de Francia–, lo cual da lugar, por contraste, a escenas tan poderosas como la de la llegada de los panzer sobre los campos de maíz o la del bombardeo de los stuckas en la carretera, rodada con pericia. Pero ese cariño lo pone también Carion en sus personajes, retratados con aristas, gentes a menudo rudas pero de corazones nobles: el alcalde interpretado por Olivier Gourmet; el padre alemán (August Diehl) angustiado por su hijo; el patriota escocés, con un formidable Matthew Rhys… Y destaca la importancia ascendente de la mujer del alcalde, Mado, interpretada por Mathilde Seigner, que fue protagonista de La chica de París, primer largometraje de Carion. La película –relatada por medio de acciones paralelas durante gran parte del metraje– tiene aire costumbrista (villas, campos, lomas, cosechas y pueblos van pasando), donde lo bélico cede terreno al humanismo, como un sentido homenaje a los lugareños que sufrieron aquellos sucesos y que debieron abandonar sus hogares. Pero hay además un cierto tono nostálgico de aquella época, durísima pero también convertida en una implacable escuela de vida y en un momento propicio para tomar decisiones. Y por supuesto, narra una tierna historia de amor paternofilial, con algún momento especialmente emocionante. La suave y delicada partitura de Ennio Morricone acentúa ese tono melancólico. Firma: Pablo de Santiago