Ficha:

102 min. | Drama

Público apropiado: Jóvenes

Año: 2015

País: Italia, Francia

Dirección: Nani Moretti  

Intérpretes: Margherita Buy, John Turturro, Nanni Moretti, Giulia Lazzarini, Beatrice Mancini, Stefano Abbati, Enrico Ianniello, Anna Bellato

Nanni Moretti es un cineasta muy humano, que sabe atrapar con su cámara las pequeñas tragedias con las que está entretejida la existencia, y a la vez, gran virtud, sabe guardar cierta distancia para descubrir en ellas su punto humorístico, que parmite sobrellevarlas, no dejarse hundir por ellas. Es lo que ocurre en Mia madre, donde el personaje de la  protagonista, Margherita, una directora de cine, bien podría ser su “alter ego”; aunque él mismo, interpretando a su hermano Giovanni, no deja de reflejar a su propia persona en ese profesor ya de edad madura, que ha pedido una excedencia, sí, para cuidar a su madre, pero también con un deseo de encontrarse a sí mismo.

El film sigue a Margherita, mujer cineasta que se encuentra en pleno rodaje de un drama social con la crisis económica y el modo en que afecta a las personas, trabajadores y patronos, como tema principal. Tal hecho coincide con la estancia hospitalaria de su anciana madre, a la que los médicos han pronosticado una enfermedad terminal. Giovanni, el otro hijo, tiene asumida la noticia, y se empeña en cuidar a la madre, al mismo tiempo que procura que su hermana también acepte lo que hay. Pero ella, separada, con una hija adolescente, y tensa por la filmación de su película, tiene dificultades para llevar las cosas serenamente. A esto se suma el difícil trato con el actor estadounidense Barry, con maneras de divo, y al que le cuesta aprenderse sus frases en italiano.

La sólida estructura dramática sólida de Moretti y sus coguionistas permite explorar ideas como el cuidado de los ancianos y los enfermos, junto a la consideración de que tenemos los días contados y hay que aprovechar el tiempo. Conviven en la narración tres generaciones, todas con su peso específico, pero dando preponderancia a la intermedia; y se incide en la importancia del autoconocimiento y el control del propio carácter, la aceptación de las correcciones hechas con espíritu constructivo, e incluso el estudio y el aprendizaje de las lenguas clásicas, algo subrayado por el personaje de la enferma.

Junto al amor al trabajo del cineasta, algo parecido a un canto a la profesión educativa emerge casi al final, y es que la buena educación en su sentido más amplio late al fondo de toda la trama, se detecta que es la que nos permite tomar decisiones libremente y comprender a los demás, haciendo posible la convivencia. La cinta es muy rica antropológicamente, con comportamientos creíbles de unos y otros, muy bien están Giulia Lazzarini y, sobre todo, Margherita Buy. Y para que no todo sea tragedia, tenemos el personaje de John Turturro, que permite la entrada del humor sin caer en lo grotesco.

Firma: José María Aresté