FICHA:

Creadores: David Benioff y D.B.Weiss

País: Estados Unidos

Intérpretes: Peter Dinklage, Lena Headey, Nicolaj Coster-Waldau, Kit Harrington, Sophie Turner, Iain Glen, Oona Chaplin, Natalia Tena

Duración: 5 temporadas; 50 capítulos de 50 minutos

Emisión en España: Canal Plus (Martes a las 22:30).

Público adecuado: +18 (X+V+D+)

 

Dragones y burdeles

Con 66 años George R. R. Martin se ha convertido en el escritor más popular del momento. Sus novelas medievales Canción de hielo y fuego han dado lugar a una serie polémica que ha generado millones de fans de un espectro de edad muy amplio. La historia que cuenta en esta saga se centra en la lucha entre reinos vecinos de Poniente por ocupar el Trono de Hierro. Hay magia, batallas, dragones, traiciones, asesinatos y burdeles. Muchos burdeles.

Juego de tronos es la serie más cara de la historia de la televisión. El episodio piloto costó 10 millones de dólares y la primera temporada 60, un presupuesto que fue superado en las posteriores sesiones. El diseño de producción, el vestuario y la fotografía son un verdadero prodigio de técnica y talento. Sólo en España, hubo más de 86.000 solicitudes para participar como extras (finalmente se escogieron 500) en las escenas rodadas en sitios tan emblemáticos como la plaza de toros de Osuna o el Alcázar de Sevilla.

George R. R. Martin no sólo es escritor de las novelas sino que también es productor y guionista de varios capítulos importantes de la serie, la mayoría a final de temporada. Los creadores son los responsables de películas tan variadas como Brothers, Cometas en el cielo, Colgados en Filadelfia, Tránsito, X-Men orígenes: Lobezno. Hasta ahora su mayor acercamiento al genero épico había sido con la muy fallida Troya, basada en los brillante poemas homéricos.

Antes que nada hay que advertir que Juego de tronos es una serie muy popular a pesar de contar una historia complejísima. No es casualidad que en los brillantes créditos de cada capítulo se sitúe geográficamente al espectador en los lugares que van a aparecer en las historias paralelas de ese episodio. Además es una serie en la que no hay una acción trepidante más que en momentos muy puntuales. Lo más habitual son los diálogos poliédricos en los que cada uno de los “jugadores” van mostrando o disfrazando una estrategia para lograr vencer o pactar con sus amigos/enemigos.

Entre los actores que intervienen en la serie hay intérpretes muy conocidos como el danés Nikolaj Coster-Waldau (Headhunters, El reino de los cielos) que interpreta a Jamie Lannister, el denominado “Matareyes” de la serie, las españolas Oona Chaplin y Natalie Tena, el norteamericano Peter Dinklage (Un funeral de muerte) que interpreta al sagaz Tyrion Lannister o Sean Bean, conocido sobre todo por su interpretación de Boromir en El señor de los anillos. Pero la mayoría del numeroso reparto ha alcanzado la fama al participar en esta serie, la más pirateada y la segunda más vista de los canales de pago (sólo superada por The Walking Dead).

DOCU_GRUPOEl autor de la novela es un reconocido admirador del estudio de la Historia y en Juego de tronos se inspira en sucesos tan diversos como las guerras inglesas de las 2 Rosas y los 5 Reyes y personajes históricos como Guillermo el Conquistador, Felipe IV de España o la familia de los Borgia. Todo esto mezclado con elementos de fantasía como dragones, hechiceros, profecías y maleficios.

Algunos han comparado El Señor de los Anillos con Juego de tronos por la temática, la época, la reconocida admiración de G. R. R. Martin con la obra magna de J. R. R. Tolkien, etc. Nada más lejos de la realidad. El Señor de los Anillos tiene una riqueza descriptiva y una antropología profundamente cristiana que esta a años luz de esta serie tan salvaje de la HBO. Esta cadena norteamericana de pago ha logrado éxitos mundiales tan importantes como Hermanos de Sangre, The Wire o A dos metros bajo tierra. Su famoso lema “It´s Not TV, It´s HBO” representa el perfecto título de la denominada Tercera Edad Dorada de la Televisión que vivimos actualmente. La pequeña pantalla ha dejado de ser la clase B en la que sólo viajaban cineastas y espectadores de segunda clase.

Junto a la indudable calidad técnica y el talento demostrada en las series producidas por esta cadena, hay un estilo muy característico desde que a finales del siglo XX comenzó a emitirse Los Soprano por este canal. Da igual si la trama se desarrolla en el Oeste (Deadwood), en un mundo vampírico (True Blood), en la Antigüedad Clásica (Roma), la América de gangsters y Ley seca (Boardwalk Empire) o la civilización actual (Sexo en Nueva York). Cambiaran las circunstancias pero los personajes estarán esclavizados por las pulsiones de violencia y sexualidad frenética y, en muchos casos, enfermiza. En este aspecto, Juego de tronos es absolutamente paradigmática.

Ya en la novela original de G.R.R. Martin había abundante contenido fácilmente ofensivo para un público muy amplio. Pero a HBO no le pareció suficiente y no ha dudado en incluir mayor zafiedad al vocabulario y algunas escenas inventadas en que se homosexualiza a un personaje o se recrea en una violación tremenda que ha causado mucha polémica, incluso entre los seguidores de la serie. Algunos dirán que la adaptación televisiva de la etapa medieval pedía a gritos el lenguaje tabernario y las interminables escenas de desnudos integrales. Por lo dicho en el anterior párrafo, es evidente que a la HBO no le importa tanto la contextualización histórica como el remarcar un sello muy personal.

Viendo Juego de tronos es fácil recordar la que en mi opinión es la mejor película épica de todos los tiempos: Braveheart de Mel Gibson. Nadie duda que se trata de una película que expresa la brutalidad de la época con enorme brillantez, pero no resulta tan constantemente ofensiva como la serie de HBO. Incestos, castraciones, una madre dando al pecho a un adolescente como si fuese un bebé, padres que tienen descendencia con sus propias hijas para perpetuar la especie, caballos y soldados haciendo sus necesidades en primer plano… Si no fueran tan desagradables algunas de estas escenas, la obsesión de los guionistas por rodar en un burdel o sexualizar cualquier conflicto dramático resultaría cómica.

Estos contenidos marcan tanto la serie que acaban dañando sus aspectos más sobresalientes: la credibilidad del guión, la riqueza de los personajes, la interpretación… Todo resulta damnificado por un lenguaje y unas escenas más características de comedias juveniles casposas de los años 80 que de una serie épica que aspira a ser una de las más grandes de la historia de la televisión.

La 5ª temporada de Juego de tronos acaba de comenzar mostrando impresionantes localizaciones en Sevilla, Dubrovnic (Croacia) o Belfast. La historia se encuentra en un momento en el que se promete más acción y giros a lo largo de la temporada. Pero el estilo HBO ya ha quedado perfectamente caracterizado con varias escenas de burdel en el primer capítulo. Lo dicho. Si uno quiere jugar a los tronos tendrá que pagar un peaje demasiado caro e innecesario.

 

Firma: Claudio Sánchez