Un hombre, escondido tras una máscara de payaso, huye después de cometer un gran atraco, conduciendo a toda velocidad hacia la frontera con Méjico. La persecución termina en accidente y, una vez detenido por las autoridades mejicanas, que deciden no dar parte del dinero encontrado, acaba encarcelado en El Pueblito.

El Pueblito es una prisión mejicana concebida como una micro comunidad. En ella, los presos gozan de ciertas libertades, incluso pueden vivir allí con sus familias pero, como en todas las sociedades, hay una jerarquía que debe respetarse. El nuevo preso, apodado el Gringo, debe aprender a sobrevivir y, poco a poco, irá descubriendo cuáles son los secretos de una prisión en la que la corrupción es la clave de su existencia y la base de la convivencia entre los reclusos.

 

Director: Adrian Grunberg

Intérpretes: Mel Gibson, Kevin Hernández, Daniel Giménez Cacho, Jesús Ochoa, Dolores Heredia, Peter Gerety

Guión: Adrian Grunberg, Stacy Perskie, Mel Gibson

Duración: 96′

Género: Acción

Estreno DVD: 27/02/2013

Público: +16

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 2

Acción: 3

Amor: 0

Violencia: 3

Sexo: 0

Crítica:

Mel Gibson recupera su faceta más comercial y lo hace en un film al servicio del más puro entretenimiento. Vacaciones en el infierno combina la acción y el drama en una historia con tintes originales -El Pueblito fue una prisión que existió en Tijuana y se cerró en 2002-, en la que el escenario donde se desarrolla la trama se convierte en uno de los reclamos principales.

Adrian Grunberg se pone al frente de la dirección por primera vez con esta cinta, aunque ya ha trabajado como asistente de dirección en títulos tan reconocibles como El fuego de la venganza, Traffic, Apocalypto, Al límite oWall Street 2. En esta ocasión, Grunberg retrata con cierto atractivo la figura de un antihéroe que, rodeado de los peores ejemplares de una sociedad embrutecida por el crimen, se convierte en un héroe casi a su pesar.

Gibson interpreta a un personaje sin nombre y sin pasado, que encuentra en un chaval de 10 años el motivo para poner patas arriba toda una institución gubernamental. Está claro que la estrella indiscutible de la película es su protagonista, a quien vemos hacer parodia de sí mismo y de otros grandes del cine.

El humor, la acción y el drama se combinan sin disonancias y, aunque se reconocen casi todos los tópicos, la narración se desenvuelve sin pretender el asombro ni la fascinación. De esta forma, lo mejor es dejarse llevar por las callejuelas de El Pueblito y abandonarse a la seducción de unos personajes pensados para amenizar los casi cien minutos que dura el film.

 


Fuente: Mar Pons (www.taconline.net)